Cultura

La Orquesta interpreta a Mozart, Strauss y Beethoven con Philippe Entremont

  • El francés dirige esta noche a la formación en un concierto en el que también participará como pianista solista

El director de Orquesta y pianista francés Philippe Entremont es el protagonista del octavo concierto de la temporada de abono 2008/2009 de la Orquesta de Córdoba, que se celebra hoy a partir de las 20:30 en el Gran Teatro. El francés cogerá la batuta de la formación y además ejercerá como solista en el Concierto para piano nº 20 de Mozart.

Junto a esta obra integran el programa Capricho, Sexteto de cuerdas, de Richard Strauss, y, en la segunda parte, la Sinfonía nº 4 de Beethoven.

Entremont inició su trayectoria musical a los 18 años y ha dirigido a las más importantes orquestas sinfónicas de Europa, Asia y América. Fue director musical de la Filarmónica de Nueva Orleans y la Sinfónica de Denver. Desde 2004 es director invitado principal de la Sinfónica de Munich. Ha grabado numerosos discos con los más prestigiosos sellos de música clásica.

En las notas al programa, el musicólogo Juan Miguel Moreno Calderón advierte que, de los 27 conciertos que escribió Mozart, el número 20 es el más celebrado. "La atmósfera prerromántica que se desprende de sus páginas -señala el experto- haría de él una de las obras mozartianas más apreciadas por los músicos románticos. Beethoven también lo tuvo como preferido de entre todos los conciertos de Mozart; siendo conocida, a este respecto, la velada vienesa en la que el genio de Bonn lo interpretó ante la viuda del compositor, incorporando dos cadenzas compuestas por él mismo, las cuales han sido muy utilizadas por numerosos intérpretes posteriores. Y es que pocos pianistas que se precien de serlo ha habido de entonces a hoy que no lo hayan estudiado y tenido en su repertorio. En verdad, es una obra colosal, de tintes gramáticos y con una enorme fuerza expresiva".

Respecto a la Cuarta de Beethoven, Moreno destaca que se trata de "una obra más ligera, jovial e intrascendente que la Heroica (compuesta dos años antes) y que la posterior Quinta. Porque, en efecto, a diferencia de éstas, la Cuarta es menos arrogante y retórica y, por el contrario, más transparente, elegante, serena y afable; atributos que no alivian, en cualquier caso, la circunstancia de una redacción marcada por el destino de haber venido al mundo entre dos de las más colosales composiciones del género sinfónico".

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