La soprano prieguense Carmen Serrano participará este jueves en el espectáculo Las tres sopranos, que se celebrará en el Teatro Góngora, junto a Juana Castillo e Inmaculada Almeda. En esta actuación las artistas interpretarán temas de la canción italiana, zarzuela y otros más cercanos al montaje musical como Cabaret o Memory.

-¿En qué consistirá Las tres sopranos?

-Es un recital de tres voces femeninas, las tres sopranos aunque somos de diferentes tipos, una más clara, otra media y la otra un poco más central, cada una con diferente timbre. Vamos a intentar hacer una cosa que se salte nuestro estilo porque las tres somos cantantes de ópera pero en la segunda parte del montaje haremos algo tipo musical. La primera está dedicada a la canción italiana y zarzuela y la segunda es quizás la más diferente pero lo vamos a pasar muy bien porque son piezas muy simpáticas que vamos a hacer de la forma más desenfadada posible. A lo largo del montaje cantamos como solistas, dúo y terceto.

-Lleva más de 20 años recorriendo el mundo -América, Asia, Oriente Medio y Europa- gracias a su voz. ¿Qué balance hace de su carrera?

-A pesar de que los últimos tiempos son un poco difíciles, el balance es muy positivo. Estoy haciendo y he hecho lo que me gusta, vivo de ello y creo que si volviera a nacer o tuviera que elegir profesión elegiría la misma. Es difícil, porque hoy en día está todo muy complicado, pero tiene sus compensaciones y a mi modo de ver lo que da la música muy pocas profesiones lo ofrecen.

-¿Con qué dificultades se ha encontrado?

-La principal es que en el país en que vivimos, y sobre todo en Andalucía, no se valora lo que tenemos. Damos más prioridad y creemos que lo de fuera es siempre lo mejor, y la verdad es que no es así. Yo estoy harta de viajar y en el extranjero te consideran más que en tu propia casa. Pero en fin, es lo que hay...

-¿Cómo fue el salto de su Priego de Córdoba natal a recorrer los más importantes escenarios del mundo?

-La verdad es que de Priego salí para estudiar Magisterio en Córdoba, de ahí al Conservatorio y luego fui dando saltos. Tampoco es tan difícil, es simplemente querer moverte y querer hacer cosas.

-¿Qué recuerda de sus inicios?

-Mucho miedo, porque siempre he sido muy tímida y el escenario impone. Superar eso quizás haya sido para mí la barrera más fuerte. Dejar a un lado la vergüenza, la timidez, el miedo al ridículo quizás haya sido lo más difícil.

-¿Cómo consiguió quitarse ese pánico escénico?

-Sobre todo por la seguridad. Cuando adquieres una seguridad en la técnica y sabes que vas a defender lo que haces se te quita mucho el miedo. Y luego, porque cuando salgo al escenario no soy nunca Carmen Serrano, soy el personaje que estoy interpretando en ese momento o la artista, pero nunca yo. Hay una pequeña transformación para mí.

-¿Qué ha aprendido?

-Sobre todo una filosofía de vida y a ser más tolerante porque cuando viajas tanto y ves tanta gente diferente, cosas buenas y malas, se aprende mucho y uno se siente agradecido de lo que tiene y de lo que hace. He adquirido sobre todo mucha formación personal.

-¿Qué momentos destacaría?

-Para mí fue muy especial cuando debuté en el Liceo porque cantar allí era un gran reto y la verdad es que fue muy importante en mi carrera. También la primera vez que salí al extranjero a actuar; fui a Canadá y me marcó muchísimo profesionalmente. Hay tantos momentos que no sabría decir...

-¿Qué compañeros recuerda con especial cariño?

-Muchísimos porque afortunadamente hay muy buenos colegas. Por ejemplo hay una mezzosoprano italiana, Emanuela Barazia, con la que he compartido escenario y hemos continuado siendo amigas. Por supuesto, también tengo muy buena relación con las compañeras con las que voy a actuar.

-¿Es necesario salir de España para hacerse un nombre?

-Creo que sí, porque te respetan más. No porque tú vayas a ser mejor ni peor, sino simplemente porque de esa forma en tu país te admiran más. Parece que si sales fuera es que eres más importante y no tendría que ser así, pero desgraciadamente lo es.

-¿Cómo está la lírica en España?

-Un poco como en todo el mundo o quizás peor. Como el país está mal se recorta mucho en cultura y quizás la lírica viene a ser, como la danza, la hermana pobre de las artes.