Elche cf - córdoba cf

Al café le falta azúcar (1-1)

  • Un tanto de Piovaccari, en el único remate entre los tres palos, rescata un punto para un CCF que volvió a agarrarse a la seguridad de Pawel. El polaco falló una vez, pero lo salvó el árbitro.

El Córdoba sumó un nuevo punto a domicilio en el que es su tercer empate a uno consecutivo como visitante. Y eso le permitirá acabar la jornada manteniendo su plaza en la zona de play off. Lo hizo en Elche, ante un aspirante a entrar en el vagón de los privilegiados -ayer durmió con los mejores-, gracias al primer tanto liguero de Piovaccari, a pase de Bergdich. Los dos habían ingresado en el terreno de juego minutos antes con la firme intención de enderezar un partido que se había torcido sobremanera en el tercio final de la primera parte, tras una fase de equilibrio -por lo plano del nivel futbolístico exhibido- inaugural. A eso, grosso modo, se reduce la lectura en positivo que Oltra y su equipo de trabajo pueden extraer del choque. Poco más hay que rascar. Pese a que la declaración de intenciones viendo el once era pelear el balón y el control a los locales, eso sólo se produjo mientras duró el pacto de no agresión. Luego tocó remar y agarrarse una vez más al buen tono de Pawel en la portería para salir vivos ante el mayor acoso y una ambición más definida de los ilicitanos, que justo al borde del epílogo soñaron con el triunfo tras un gol de Guillermo que el colegiado anuló a instancias de su asistente sin que se viera con exactitud si hubo acierto o no. Por cierto, ese fue el único error claro del polaco en todo el encuentro, pero afortunadamente quedó subsanado por ese elemento externo que, eso sí, no impidió que la serie sin ganar de los blanquiverdes alcance ya las cuatro fechas, lo que obliga a conseguir una alegría completa el sábado ante el Valladolid.

La presencia de Borja Domínguez en el once fue la principal novedad de Oltra, pues el regreso de Rodri se daba por hecho en todas las quinielas. Enfrente, el Elche dio continuidad al equipo que pasó por encima del Zaragoza una semana antes, con el único cambio obligado de Luis Pérez por el sancionado Rober. Ambos equipos mostraron de inicio su clara intención de acumular posesión, pero ninguno consiguió imponer con claridad su dominio. Con el partido inmerso en imprecisiones constantes, con más llegadas al área que ocasiones reales, la estrategia empezó a aparecer como un arma a aprovechar. Pero ni por esas: Bijimine repelió un disparo al rechazo de Pedro y Pelegrín se anticipó a Caro, que ya visualizaba su cabezazo franco. Así, hubo que esperar a que Hervías osara a dejar la banda y buscar la diagonal para ver la primera gran oportunidad, aunque el disparo frontal del extremo se marchó sin encontrar portería. Era el minuto 23 y ambos metas parecían aficionados que podían presenciar el choque desde un lugar privilegiado, una situación ante la que difícilmente se podía romper el partido.

Algo que sí ocurrió en el minuto 39. Una falta tan clara como absurda de Juli a Pedro originó el 1-0 gracias al acierto de dos viejos rockeros recuperados este verano por el Elche: la conexión Albacar-Pelegrín dio resultado una vez más y el cuadro de Toril se puso por delante. No sólo eso, sino que dispuso de opciones hasta para dejar sentenciado el duelo antes del intermedio. El Córdoba estaba desaparecido tras ese primer disparo entre los tres palos tan sumamente dañino y sólo la labor de Pawel evitó que el disgusto fuera definitivo: el polaco mandó a saque de esquina un zurdazo de Nino que Pelayo -el asturiano también lo intentó con un testarazo- había desviado levemente y, poco después, volvió a meter las manoplas para desviar un zapatazo a quemarropa de Pedro. Por suerte, el descanso llegó poco después, tras un mal remate de Guille Donoso en la única ocasión en la que los visitantes pudieron pisar el área con cierta comodidad.

Visto lo visto, el vestuario cordobesista debió convertirse en una cafetera en ebullición. No sólo por las órdenes de Oltra, al que no debió gustarle un pelo lo visto, sino para buscar una reacción de la que no había siquiera noticias. Al menos, la salida fue ligeramente mejor, si bien justo es decir que volver peor era poco menos que cavar directamente la tumba. Alfaro, desaparecido hasta entonces, se dejó ver por fin en el área contraria para cabecear muy alto un envío de Caro desde la derecha poco antes de que el Córdoba diera una vuelta más de tuerca al choque variando su planteamiento: paso al 4-4-2 con Piovaccari junto a Rodri y los costados para Juli y Alfaro. Sin embargo, antes de que se viera si la nueva fórmula ofrecía más garantías, Nino disfrutó de una doble ocasión que primero Luso y luego su falta de puntería al conectar el cabezazo dejaron en nada. Pelayo también lo intentó, pero en esta ocasión fue Rodas el que se jugó el tipo -las muestras de guerra quedaron grabadas en su pierna derecha- para desbaratar el peligro.

Viendo que el encuentro aún requería una marcha más por parte visitante, Oltra tiró de Bergdich. Y la jugada no pudo empezar mejor. Alfaro, ya situado como mediocentro, buscó al marroquí y Piovaccari apareció para empatar. Con 20 minutos por delante, había partido nuevo. Quedaba por ver si el CCF sería capaz de controlar la inercia que sigue a todo gol o si, por contra, el Elche reaccionaría de inmediato. Fue lo segundo lo que ocurrió, en parte porque los blanquiverdes no supieron leer lo que requería el choque, con un rival volcado en exceso y numerosos espacios para montar la contra (Luis Pérez evitó la más clara a la carrera de Piovaccari). Los locales volvieron a la carga por los costados, sabiendo que la debilidad por ahí era evidente -sobre todo por el de Samu-, y empezaron a encontrar de nuevo opciones... aunque entonces emergió la figura de Pawel. El polaco resultó clave a un derechazo de Pedro y, sobre todo, a otro zapatazo de Nino, manteniendo en pie a un Córdoba que respiró al final, sobre todo cuando el árbitro anuló a Guillermo un tanto al considerar que el balón de Edu Albacar desde la esquina se había perdido por la línea de fondo. Al final, un punto, dulce visto lo visto, aunque el azúcar llegara tarde y algo escasa.

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