El arte volvió ayer a florecer en la ribera del Guadalquivir a su paso por la ciudad. Y es que, a primera hora de la mañana, los viandantes que cruzaron el puente de Miraflores descubrieron cómo el paisaje tan característico de esta zona contaba con un nuevo elemento: la escultura de un bañista a punto de zambullirse en las aguas del río. 

Muchos no daban crédito de lo que estaban viendo, debido al gran realismo de esta obra de arte, que recuerda al ya desaparecido Hombre Río. Aunque en esta ocasión el creador de esta escultura a tamaño real, del que se desconoce su nombre, ha optado por recrear el momento en el que un hombre, ataviado por un traje de baño característico de principios del siglo XX, con gorro y gafas de nadar, está a punto de zambullirse en el agua.

Ahora lo que queda es que esta escultura aparecida por sorpresa se convierta en uno de los puntos que no pueden faltar en el recorrido de los turistas para dejar inmortalizada en una instantánea junto a este bañista tan particular.  Y es que ya fueron muchos los visitantes que sucumbieron a los encantos del famoso Hombre Río, obra de Rafael Cornejo y Francisco Marcos, que apareció en el río el 18 de abril de 2006, sin contar también con ningún tipo de permiso. Parte de escultura desapareció a causa del primer gran temporal que sufrió desde que descansara recostado sobre las aguas del río a la altura del Puente de Miraflores. Ni el gran anclaje de 12 metros, ni los 2.000 kilos de poliuretano que tanto costó colocar fueron suficientes para que la escultura aguantar la crecida. Exactamente 48.000 euros y ocho horas de trabajo que fueron arrastradas por la corriente sin que nadie pudiera hacer nada para detenerlo. Sólo la maleza se interpuso en su camino y lo atrapó a la altura del Molino de Casillas, cerca del Polígono de la Torrecilla. Las piernas nunca se encontraron. Todo ello pasó a pesar de que los Técnicos Gerencia explicaran el día de su colocación que la escultura tendría resistencia para aguantar todo tipo de crecidas en el cauce.

Ahora falta conocer cuál será el futuro de la nueva obra de arte que decora el río Guadalquivir a su paso por Córdoba. El alcalde, José Antonio Nieto, señaló ayer que técnicos de la Delegación de Cultura analizarán la figura para determinar "si tiene valor como escultura o es otra cosa". Por ello, detalló que habrá que "llevarla al lugar idóneo, que lo normal es que no sea el lugar donde alguien ha decidido dejarla sin ningún criterio y sin ninguna razón". El regidor además recalcó que existe una normativa legal "que afecta a todo el mundo" y que obliga, a través de un procedimiento, a ordenar qué sitios se pueden ocupar y qué sitios no con esculturas o propuestas vecinales o lo que sea que surja", de manera que en este caso "habrá que tramitarlo por el procedimiento legal oportuno".