Cultura

¿Cómo fueron las últimas horas de Manolete?

  • La novela 'La larga noche', del cordobés Joaquín Pérez Azaústre, acerca al lector a la faceta más personal del diestro

Los admiradores de El Monstruo van cada 28 de agosto a rendir homenaje al diestro en el Cementerio de la Salud de Córdoba

Los admiradores de El Monstruo van cada 28 de agosto a rendir homenaje al diestro en el Cementerio de la Salud de Córdoba / Juan Ayala

Su leyenda es prácticamente infinita. Aquel 28 de agosto de 1947 la cogida del toro Islero en la Plaza de Toros de Linares convirtió a Manuel Rodríguez 'Manolete' en una deidad del olimpo del toreo.

El hombre daba paso al mito. Mucho se ha hablado de todo lo que ocurrió desde que el diestro recibió la cornada mortal hasta que cerrar sus ojos definitivamente a la vida al día siguiente. Precisamente de todo eso y mucho más habla la nueva novela del cordobés Joaquín Pérez Azaústre, La larga noche, editada por Almuzara. La obra ha conseguido el Premio Jaén de Novela 2022. 

Su autor nació en Córdoba en 1976 y vive en Madrid, donde obtuvo una Beca de Creación en la Residencia de Estudiantes y se licenció en Derecho por la Universidad Complutense. Como narrador, es autor de libros como La suite de Manolete (Alianza Editorial, 2008, Premio Fundación Unicaja Fernando Quiñones), Las Ollerías (Visor, 2011, Premio Internacional Fundación Loewe) y Vida y leyenda del jinete eléctrico (Visor, 2013, Premio Internacional Jaime Gil de Biedma), entre otros. Su novela más reciente ha sido Atocha 55 (Almuzara, 2020, Premio Albert Jovell).

Portada de la novela de Pérez Azaústre, que ha conseguido el Premio Jaén de Novela 2022 Portada de la novela de Pérez Azaústre, que ha conseguido el Premio Jaén de Novela 2022

Portada de la novela de Pérez Azaústre, que ha conseguido el Premio Jaén de Novela 2022 / Editorial Almazara

Secretos a voces

En La larga noche retrata cómo al amanecer del 29 de agosto de 1947 la noticia se extiende por las calles de Linares y en la prensa internacional: ha muerto Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete, después de recibir la cornada del toro Islero en el muslo derecho.

En la habitación siguen José Flores Camará, su apoderado, casi un padre para él; su mozo de espadas, Guillermo González, con los telegramas de pésame; o su amigo el rejoneador Álvaro Domecq.

Alrededor del Hospital de los Marqueses de Linares se concentran decenas de mujeres que lloran en silencio. Manolete ha logrado encarnar, con su toreo, la gravedad de un duelo colectivo: con su muerte acaba un tiempo, pero despierta un drama.

Doce años después, Lupe Sino regresa de México. Aquella madrugada de 1947 sólo pudo acceder a la habitación del hospital para rezar ante el cuerpo yacente de Manuel. En un Madrid distinto que todavía los recuerda, Lupe se reencuentra con viejas amistades como Fernando Fernán Gómez y Perico Chicote, y recorre, en un descapotable, una ciudad que intenta dejar atrás ese mismo pasado en blanco y negro al que ella intenta volver.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios