El pequeño pueblo de Córdoba donde dormir fresquito en verano

Obejo, en pleno Valle del Guadiato, es un oasis nocturno ubicado apenas a 45 minutos de la capital

El entrañable 'habitante' del barrio cordobés de San Lorenzo que ha vuelto 40 años después

La Piedra Horadada, en Obejo
La Piedra Horadada, en Obejo / Web Guadiato Turismo

El pequeño pueblo de Obejo, cuya población apenas supera los 2.000 habitantes, es un reducto de paz, vida tranquila y noches fresquitas en el corazón del Valle del Guadiato. Son muchas las madrugadas durante cuyas mínimas están en torno a los 15º. Un trayecto de apenas 45 minutos por carretera separa la capital cordobesa de esta encantadora localidad, integrada por tres núcleos de población: Obejo, Cerro Muriano y Estación de Obejo.

Obejo pertenece a la Sierra de los Santos, y está enclavado en Sierra Morena. Próximo a las localidades de Pozoblanco, Villanueva de Córdoba y Adamuz, resulta una fabulosa elección para hacer un ejercicio relación, desconexión y turismo consciente, rodeado de una naturaleza con personalidad propia.

Su historia está determinada por su particular orografía. Obejo se levanta sobre un cerro, custodiado por sierras, lo que favoreció su aislamiento durante algunos de los periodos más convulsos para la provincia. Tanto es así que en plena Reconquista los ejércitos de Fernando III el Santo, no descubrieron Obejo hasta pasado algún tiempo. y tomaron su fortaleza. Posteriormente, el monarca haría entrega del Castillo de Obejo a la jurisdicción de la ciudad de Córdoba allá por 1243.

Un beso con truco

La naturaleza es caprichosa y en muchas ocasiones generosa en sus formas. Un buen ejemplo es la Piedra Horadada, el nombre oficial de esta suerte de 'escultura' situada en el pueblo cordobés de Obejo. Muchos son quienes aseguran ver en ella a dos leones besándose. ¡Imaginación al poder!

Lo que es innegable es su arrebatadora y original belleza. Está situada en la falda de la vertiente meridional del Cerro de la Coja y para acceder a ella deberemos acometer el camino de Pañeros. Al margen de interpretaciones artísticas y más o menos románticas, La Piedra Horadada es un crespón de cuarzo que pudo verse sometido a la explotación en la Prehistoria reciente pues presenta sudoraciones de malaquita y azurita en su interior.

Sin embargo, hay expertos que apuntan a que se trata de un elemento geológico, producto de procesos erosivos naturales.

A día de hoy es un auténtico hito paisajístico de Cerro Muriano y una de los lugares más mágicos de la zona para inmortalizar en foto o vídeo como recuerdo.

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