El pequeño paraíso fundado por frailes a un paso de Córdoba y que te va a enamorar
La historia de La Victoria está ligada a la de la de la orden de los Mínimos de San Francisco de Paula
El pueblo de Córdoba, con un castillo de película y una cueva digna de Batman, perfecto para una escapada en noviembre
La Victoria está a escasa media hora de trayecto en coche de Córdoba capital. Una escapada que bien vale la pena para dejarse enamorar por este encantador municipio, cuya población supera, por poco, los 2.000 habitantes.
Quienes lo visitan se encuentran con un remanso de paz, tranquilidad y bonitos espacios verdes, cuya historia está ligada a la de los frailes Mínimos de San Francisco de Paula. La mayoría de los historiadores coinciden en que su fundación está conectada con el establecimiento de esta orden en Córdoba, cuando su general pidió al Obispo de Córdoba, Don Juan Daza y Osorio, su concurso y el del cabildo, para establecer en esta ciudad un convento de la orden paulina.
El propio convento cordobés fue fundado el 18 de febrero de 1510. Por entonces, como señalan desde el Ayuntamiento del municipio, en las proximidades del actual pueblo estaba lo que actualmente se denomina La Victoria Vieja. O lo que es lo mismo, la "heredad", con "casas, bodega, lagar, pila e tinajas, viñas e arboles" y "con todo lo que le pertenece", que en 1551 compró al curtidor Alonso de Hillón y a su mujer, Isabel Rodríguez, fray Andrés de Santa María. El objetivo era donarla poco después (1552) a los Mínimos o frailes de San Francisco de Paula del Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Córdoba.
Los Mínimos construyeron en dicha heredad un oratorio, cuya existencia está ampliamente documentada, al menos en lo que al siglo XVIII respecta. Junto a la misma finca había también un cementerio.
Allá por 1810, mientras España estaba en plena Guerra de la Independencia, La Victoria, vasto olivar, se denominaba La Guijarrosa. ¿Por qué? Pues debido a que formaba parte de una vieja y extensa zona de la Rambla de idéntico nombre.
La emancipación definitiva de La Victoria respecto a La Rambla tuvo lugar al amparo del artículo 310 de la Constitución de 1812, conocida popularmente como La Pepa, y que fue reactivada el 15 de agosto de 1836 por la reina María Cristina.
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