Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
La Cuchara de San Lorenzo (Arroyo de San Lorenzo, 2) es ya uno de los clásicos del barrio de nombre homónimo. Con un Sol Repsol y distinguido como restaurante Bib Gourmand por la Guía Michelin, ver a Paco López a los fogones y a Narciso López dirigir la sala es un auténtico espectáculo. La coordinación cocina -sala es simplemente perfecta y su propuesta gastronómica está en continua revisión.
La Cuchara de San Lorenzo, como destaca la Guía Michelín, "apuesta por una cocina de base tradicional y local con toques modernos, cuidando los detalles y defendiendo las sugerencias vinculadas a los productos de mercado."
¿El consejo? "No deje de probar el salmorejo, las croquetas de ternera, sus mini bravas muy bravas, el flamenquín... o un gran clásico como el rabo de toro". Y añadimos: su crème brûlée debería ser declarada quinto Patrimonio de la Humanidad en Córdoba.
Y es que los incondicionales de las patatas bravas de este restaurante se cuentan por legiones. De todos los barrios de la ciudad llegan dispuestos a disfrutar de este singular bocado en forma de mini patatitas con la salsa inyectada en el centro del tubérculo. ¿El resultado? Una explosión de sabor en la boca, que en cuestión de segundo libera los matices de una emulsión perfectamente equilibrada y con un delicioso punto picante. Elegantes y aterciopeladas, su presentación rompe con el orden establecido en lo que a bravas se refiere.
También son muchos los famosos que se han dejado seducir por su oferta gastronómica: Finito de Córdoba y Arantxa del Sol, Miguel Indurain, el chef José Andrés, Manuel Pellegrini, Carles Francino, el cocinero Ángel León, el músico Pepe de Lucía y un largo etcétera.
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