Si te gusta visitar una ciudad a tu aire, sin aglomeraciones y mezclándote con la vida diaria de los lugareños, Córdoba es tu destino y febrero el mejor mes para hacerlo. 

'National Geographic' asegura que el segundo mes del año es el idóneo para gozar de una experiencia turística satisfactoria y, lo que es más importante, exenta de aglomeraciones. 

La famosa publicación establece una hoja de ruta en la que no faltan detalles y recomendaciones gastronómicas, de alojamientos, y planes para sacarle el máximo partido a la visita a Córdoba. Así pues, insiste en que hay que visitar los patios que estén abiertos más allá del mayo cordobés, como el de La Casa de la Costurera, "que permanece siete horas abierta todo el año, contiene un museo, organiza sesiones de catas de flores, y cualquiera puede pasar la noche en ella por unos 55 euros."

El recorrido ideal lo completa el Alcázar de los Reyes Cristianos, "un hermoso enclave ajardinado ideal para perderse entre sus fuentes y jardines". ¡Eso sí, con tip de turista profesional incluido! "Entre febrero y marzo, cuando aún es temporada baja, lo ideal es visitar al menos una hora antes de que cierre, y disfrutar de unos jardines que le hablan de tú a tú a los de la Alhambra mientras se contempla el atardecer"

En la escapada a Córdoba no pueden faltar los paseos tempraneros por la Judería, la Calleja de Las Flores, La Casa del Indiano, la Calleja del Salmorejo. y la visita a la Mezquita-Catedral, un auténtico fortín térmico, sobre todo en verano: "Incluso en verano, con 45 grados en el exterior, las abigarradas calles de cal y sombra le dan al viajero un respiro".

Y a la hora de reponer fuerzas, recuerden: "Por muy temprano que sea, en Córdoba uno siempre termina dando con un bar con pan recién hecho y la botella de aceite de oliva dispuesta en la mesa". 

Aunque si el hambre acucia más tarde de la hora del desayuno, para National Geographic son buenas opciones Bar Santos o Casa Pepe de la Judería. Aunque su lista de recomendados es mucho más extensa: "Garum 2.1, conocido por su salmorejo y vistas desde la azotea, o La Casa de Manolete Bistró, que ofrece una experiencia sofisticada en un palacete del siglo XIX. Otras opciones incluyen el Pairi Daeza en el Hotel Balcón de Córdoba, con vistas únicas de la Mezquita-Catedral, y Casa Pedro Ximénez, donde la cocina tradicional y las vistas desde el rooftop crean un ambiente perfecto". 

Y si tras visitar la capital aún quedan fuerzas para seguir viendo maravillas, hay dos paradas que son obligatorias para los amantes de la historia, el arte, la cultura y la belleza que trasciende el tiempo: el Castillo de Almodóvar y la ciudad palatina de Medina Azahara son dos destinos de película. 

No obstante, si el viaje encierra tintes románticos, "nada supera un paseo por la ribera del Guadalquivir mientras se admira la iluminación del Puente Romano y la Torre de la Calahorra al tiempo que, de fondo, suena alguno de los guitarristas flamencos".