La Iglesia de Santa Victoria en Córdoba no sólo es famosa por su planta circular y una evidente similitud con el Panteón Romano, sino porque además la acústica en algunos de sus puntos resulta tremendamente indiscreta. 

Está ubicada cerca de la plaza de la Compañía, y se erige como baluarte de la estética neoclásica cordobesa.

La Iglesia es del último tercio del siglo XVIII y es un diseño del arquitecto francés Baltasar Drevetón. Destaca por su imponente portada, que se articula en un llamativo pórtico curvo que se apoya sobre seis columnas de orden compuesto, cornisa y frontón triangular. En el centro se puede observar las armas del fundador, el obispo don Francisco Pacheco.

El interior del templo orbita en torno a una rotonda cuyo entablamento está sostenido por dieciséis columnas de orden corintio. Alberga un total de cinco altares. La titular, Santa Victoria, ocupa el Altar Mayor, de madera dorada. La patrona de Córdoba es obra de Gómez de Sandoval. Casi todos los cuadros que alberga su interior son de Francisco Agustín Grande, pintor neoclásico.

Entre las muchas piezas que los conforman hay una que conocida como la de los Secretos. Y es que por  sus condiciones acústicas si hay alguien hablando en voz baja en cualquiera de sus ángulos, es escuchado por quien se coloque en el opuesto.

La Iglesia de Santa Victoria forma parte del colegio homónimo. Lo rodean numerosos edificios de alto valor artístico, por lo que está integrado en el corpus de patrimonio histórico y artístico de la ciudad.  Así mismo, su elevado emplazamiento hace de la cúpula de su iglesia un punto y aparte en el paisaje urbano cordobés.

Igualmente, es justo destacar que el Colegio de Santa Victoria fue el primer centro educativo destinado a la educación de las mujeres.