El 26 de mayo de 2022 venía subrayado en el calendario como una fecha para recordar: la Hermandad del Rocío de Córdoba comenzaba su camino de nueve días hasta la aldea almonteña -una de las más tempraneras de Andalucía en iniciarlo- y con la ilusión a flor de piel después de tres años de trabajo en la sombra, de sacrificio y de preparación para volver a reunirse con su Blanca Paloma.

Cuando sale el simpecado de la hermandad por el arco de San Pablo, la calle Capitulares entra en ebullición. Es uno de los grandes momentos del año para los devotos cordobeses de esta Virgen que se venera a más de 200 kilómetros de distancia. El otro gran momento se vive antes, dentro de la iglesia, después de la eucaristía, cuando el coro comienza a cantar la salve rociera y el resto le sigue. Mari Paz, con su traje de flamenca, se echa a llorar en el hombro de su hija: "Esto no se puede explicar, hay que vivirlo".

Pasadas las 18:00, las damas camareras se han encargado de subirse a la carroza y colocar el simpecado de la filial rociera de Córdoba y su hermano mayor se ha desvivido en "vivas", que han sido respondidos por los centenares de personas que se han dado cita en la salida. Con el ambiente festivo instaurado se han sumado los tamboriles y flautas rocieras que han entonado algunas de las sevillanas y canciones más típicas. 

Las damas camareras colocan el simpecado.

El cortejo, encabezado por caballos y niños, ha avanzado hasta el interior de la Catedral, donde la comitiva ha realizado un acto en el altar mayor del templo, presidido por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. Posteriormente se han dirigido hasta los Jardines del Rocío, donde se ha llevado a cabo una oración frente al monumento de la Santísima Virgen del Rocío y se ha continuado por la plaza de Santa Teresa y la avenida de Cádiz para coger camino.

Alrededor de 250 romeros, 20 carriolas y 15 carrozas, con representaciones de las filiales de Lucena, Puente Genil, Montoro y Priego de Córdoba, acompañarán al simpecado hasta la ermita de la Virgen del Rocío y la primera parada se hará en la noche de este jueves en El Cañuelo.

El último Rocío del hermano mayor

Pasado el ecuador de la semana grande cordobesa, con la Feria de Nuestra Señora de la Salud todavía en juego, "no hay mayor satisfacción" que ver como San Pablo se llena hasta la bandera para la misa de los romeros, explica a el Día Manuel López Guzmán, hermano mayor del Rocío de Córdoba. Es su sexto y último Rocío en el cargo, antes de finalizar el segundo mandato, y se muestra "orgulloso" por su recorrido.

Tamborileros rocieros.

No haberse podido juntar entre los hermanos estos últimos dos años se ha hecho "especialmente complicado", cuenta López, que aprovecha para resaltar el "mucho trabajo que hay detrás de todas las vocalías de la hermandad". 

Por delante, aún restan nueve días de convivencia entre hermanos, en los que "cualquiera puede visitarnos y compartir con nosotros el día que ellos quieran",  hasta el 3 de junio, cuando culminen su llegada hasta la aldea de El Rocío, adonde "siempre hay que volver".