Un desfile es mucho más que los diez minutos que las modelos lucen los diseños sobre la pasarela. Y si no, que se lo digan a Juana Martín y sus colaboradores, que desde primera hora de la mañana de ayer estaban rematando cada detalle para que el debut de la cordobesa en la Semana de la Alta Costura de París fuera perfecto.
Cierto es que en los jardines de Lycée Victor Duruy se dejó oír acento cordobés por doquier. Martín repitió equipo de confianza a los mandos de maquillaje y peluquería. Menchu Benítez y su personal se encargaron de maquillar a los modelos a los y las modelos de que lucieron la Colección 'Andalucía'. Optaron por ojos ahumados en tonos ocres, rojizos y marengo, en consonancia con la base cromática de los diseños, que transitó del blanco al negro pasando por el gris grafito.
Los escasos contrates de color llegaron de la mano de los sombreros, cuya inspiración era claramente los sombreros cordobeses, pero que fueron reinterpretados como si de auténticas joyas de forja se trataran.
En general, Martín apostó por los volúmenes XXL y por diseños que van -en algunos casos- más allá del género.
Siguió homenajeando a su tierra con flores, emblema de los Patios cordobeses, que transformó en auténticas joyas, ya fuera como pendientes o en forma de suntuosos apliques en sus vestidos.
Juana Martín asumió la esencia del inmortal charme parisino en diseños que estuvieron más que a la altura de lo que la gran semana de la moda de la capital del Sena exigía.
Sentimientos a flor de piel
Los looks los completaban sencillos, pero bien estructurados, recogidos bajos de bailarina. Salvo en algunos casos en que el cordobés Rafael Maqueda optó por bucles suaves y tremendamente naturales en medias melenas.
Por su parte, la Floristería Pinsapo tuvo un papel determinante en el desfile y consiguió el aplauso unánime con el arco floral, en el que no faltaron los claveles, y que enmarcaba de belleza cada diseño.
El evento contó con un acompañamiento musical de lujo, a cargo del cantaor Israel Fernández y del guitarrista Diego del Morao, a cuyos sones no pudo resistirse la propia Juana Martin, que al término del desfile y animada por la actriz Rossy de Palma se marcó una 'pataita' por bulerías.
Una jornada llena de emociones desde el backstage y que continuaron tras el desfile, pues el propio Rafael Maqueda mostraba en sus redes sociales cómo algunos modelos no pudieron reprimir las lágrimas tras recibir el aplauso final de los asistentes.
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