Arte

¿Qué popular imagen custodia la sillería del coro de la Mezquita-Catedral de Córdoba?

  • El Arcángel San Rafael remata la cúspide del trono episcopal que hay a modo de retablo

Sillería del Coro de la Catedral de Córdoba

Sillería del Coro de la Catedral de Córdoba / Web Mezquita-Catedral de Córdoba

La sillería del coro es una de las grandes obras maestras que alberga la Mezquita-Catedral de Córdoba. No sólo lo es por su valor artístico, sino porque es un auténtico libro abierto en que el visitante puede familiarizarse de un sólo vistazo con muchos de episodios más destacados de la sagradas escrituras, así como de la historia de la ciudad. Por ejemplo, en los medallones grandes que decoran la sillería alta, están representados los misterios de Jesús y de la Virgen a un lado y a otro, respectivamente. 

Por otro lado, los pequeños de la sillería alta son los destinados a pasajes del Antiguo Testamento; mientras la en sillería baja están tallados los mártires de la ciudad de Córdoba. Así pues, es el martirio sufrido el que protagoniza el fondo de cada uno de ellos. 

El arcángel San Rafael remata el conjunto escultórico de la Ascensión del Señor El arcángel San Rafael remata el conjunto escultórico de la Ascensión del Señor

El arcángel San Rafael remata el conjunto escultórico de la Ascensión del Señor / Web Mezquita-Catedral de Córdoba

Aunque si hay algo que llama poderosamente la atención es la advocación que remata la cúspide del trono episcopal que hay a modo de retablo, que no es otra que la de San Rafael. Y es que en pocas ocasiones una imagen ocupa una posición más elevada que la del Salvador. 

La sillería del coro actual es una obra de Pedro Duque Cornejo, discípulo de Pedro Roldán, y se basa en la reutilización de la sillería de la antigua capilla mayor. El sevillano también es el autor de importante creaciones como es el caso del Retablo Mayor de la Iglesia de San Luis de los Franceses, en Sevilla o el conjunto de esculturas de la Basílica de la Virgen de las Angustias, en la capital granadina

Fue un encargo del arcediano José Díaz de Recalde en 1742, pero las tareas no comenzarían hasta 1748. El resultado es un conjunto compuesto por 30 asientos altos y 23 bajos. Tallas minuciosamente realizadas y que materializan un programa iconográfico de lo más amplio.  

Destaca especialmente el espectacular trono episcopal, que incluye tres asientos y fue concebido en forma de retablo, orquestado en dos cuerpos y tres calles. En la zona superior se puede ver la Ascensión del Señor, rematada por el arcángel más veces representado en la ciudad de Córdoba.

 

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