Una escapada a Iznájar merece, y mucho, la pena no sólo para contemplar la panorámica de su embalse, ver el Castillo o el famoso Patio de las Comedias. La Casa de la Juventud de la conocida localidad subbética alberga, a su vez, cuatro museos a cada cual más curioso. A estos se une el Centro de Interpretación del Embalse de Iznájar, que se encuentra en el paraje Natural de Valdearenas, a 2 kilómetros de la Villa de Iznájar. Un enclave perfecto para familiarizarse con valores naturales y culturales en torno al Río Genil y del propio Embalse. 

El visitante puede conocer de primera mano el Río Genil, así como la construcción del embalse, el embalse como ecosistema y, por supuesto, algunos de los aspectos más destacado culturales, históricos y patrimoniales del municipio. 

Centro de Interpretación del Embalse de Iznájar

Así mismo, se organizan charlas y conferencias que versan sobre el embalse, talleres (comederos y nidales para aves) y paseos a largo de un sendero señalizado, donde visualizar la flora y fauna en torno al centro.

De ahí, hemos de trasladarnos justo en la entrada del recinto amurallado del castillo si queremos acceder a la Casa de la Juventud, sede de los museos locales. En su interior hay diferentes salas dedicadas a oficios desaparecidos o con prácticas de antaño. Destacan, entre ellos, la talabartería, la barbería y la herrería.

La primera parada es la Sala de Exposiciones Antonio Cañizares 'El Perlo', un universo naïf que desde el año 2005 ocupa una sala donde se expone una muestra permanente de la obra del particular local. El visitante se topa con figuras de barro que representan las imágenes de la Semana Santa iznajeña. Además, en esta sala se suceden diferentes exposiciones de otros artistas durante todo el año.

También hay un Museo de Aperos de Labranza. Fue creado en 1996 por iniciativa municipal. El objetivo es reunir una notable representación del patrimonio etnográfico y cultural del municipio: aperos y herramientas agrícolas, artesanía tradicional o cerámica que dan una idea de la forma de vida en los cortijos y casas de campo antiguamente. 

Museo de aperos de labranza y tradiciones populares

Por su parte, el Museo de artes y oficios abrió sus puertas en 2007 a instancias del Área de Cultura del Ayuntamiento de Iznájar y las donaciones de familias de la localidad. Se pone el foco sobre esos oficios ya extintos. No en vano, se recrea el interior de una talabartería, de una tradicional barbería y también una fragua de herrería, todos ellos oficios un día fueron seña de identidad de su población..

Uno de los más originales es el Museo de la Judea, que desde 2007 gracias al Ayuntamiento de Iznájar, la Fundación Artes Plásticas Rafael Botí y la Asociación Cultural La Judea PopulusIudici refleja al pueblo judío en época de Jesucristo en relación con los desfiles procesionales de la Semana Santa iznajeña. Una tradición que parte del siglo XVII, cuando formaban parte de la cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y participaban en lo que se conoce como el Paso Antiguo, representación de la Pasión en las calles con la oposición de las autoridades eclesiásticas. Tanto es así que llegarían a ser prohibidas años después. 

No obstante, en 1984 se crea la Asociación Cultural La Judea PopulusIudici abanderada de retomar  la tradicional representación y devolverla al pueblo. 

Museo de la Judea

En esta Sala-Museo se exhibe la indumentaria de los Judíos, muy parecida a la usada en los desfiles procesionales de época medieval y que destaca por su colorido. La comitiva de la Judea cuenta con una organización jerarquizada donde destaca la figura del "tiraor", que debe mantener unidos a los maladrones con una larga cuerda  y finalmente el pregonero.

Aunque si hay una sala que a nadie deja indiferente es la de Urban Knitting o ganchillo urbano, una suerte de artesanía que consiste en adornar con ganchillo lugares urbanos. En la muestra se pueden ver la recopilación de las piezas  más representativas de las diferentes ediciones,al  y así dejar permanente una muestra del arte lanero iznajeño.