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Planes muy románticos y gratis para hacer en Córdoba

Monumento a los Enamorados en Córdoba

Monumento a los Enamorados en Córdoba / Juan Ayala

París, Roma y... Córdoba. La nuestra es, sin duda, una de las mejores ciudades del mundo para soñar, dejarse embelesar y que las pulsaciones se disparen a mil junto a la persona amada. Rincones, luces, aromas y sonidos propician el romance a cada paso. ¿Lo mejor? Que hay mil planes que hacer en pareja sin abrir la cartera. 

Una experiencia absolutamente mágica es pasear al atardecer por el Puente Romano y las inmediaciones de la Mezquita-Catedral. El sunset es, con diferencia, el mejor de la ciudad. 

Si el propósito es hacer hacer la 'Gran Pregunta' un escenario, literalmente, de película es la ciudad palatina de Medina Azahara. No todo el mundo puede presumir de haber pedido matrimonio en un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que, según reza la leyend,a mandó a construir Abderramán III por amor. 

Para los amantes de la naturaleza, resulta de lo más apetecible una escapada fit a las Ermitas, una ruta perfecta para conversar, ponerse en forma, alejarse del mundanal ruido, respirar aire puro y contemplar una de las mejores panorámicas de la ciudad. 

Córdoba cuenta con sus propios rituales para los enamorados. Así pues, es frecuentes ver manos entrelazadas sobre la Estrella de los Deseos que alberga uno de los muros de la Mezquita-Catedral, junto a la calle Torrijos -bajo la llamada puerta del Sabat. Si bien es cierto que la estrella en realidad es un fósil común, propio de la piedra calcarenita utilizada en la fachada del edificio, que resultó soterrada cuando se dio forma al pilar.

Apenas a unos metros de allí el encanto y las reducidas dimensiones de la Calleja del Pañuelo son razones más que suficientes para hacerse un selfie bien juntitos. 

El trazado sinuoso y sorprende del casco antiguo de la ciudad premia a sus transeúntes con rincones a salvo de miradas indiscretas para robar un beso o declararse como la Calleja de la Luna. Otro lugar mágico y proclive al romanticismo es la Calleja de la Hoguera, que sorprende al visitante con la presencia de la Mezquita de los Andaluces. 

Aunque si hay un auténtico templo del amor es la Fundación Antonio Gala, donde flota el espíritu de uno de los literatos que más y mejor han escrito sobre el sentimiento más universal. Siempre es una buena idea visitar alguna de sus interesantes exposiciones. 

Pero la ruta estaría incompleta sin una parada en el Monumento a los Enamorados. Está ubicado en el Campo Santo de los Mártires. Se inauguró en 1971 y simboliza el amor entre el poeta Ibn Zaydun y la poetisa y princesa Wallada, hija de un califa omeya y una esclava cristiana.

Un templete formado por cuatro columnas sin basa, tejadillo y un pedestal con dos manos juntas conforman la composición. Las manos son obra de Pablo Yusti Conejo y el templete del arquitecto Víctor Escribano Ucelay.

La leyenda cuenta que Ibn Zaydun murió en Sevilla exiliado a causa de sus pasiones y lo hizo enamorado de Wallada. De hecho, trasladó su historia a sus poemas. Y es que Wallada lo abandonó por otro hombre.  Zaydun, desesperado, le escribió una carta al preferido como si se la escribiera a la princesa. El resultado fue que Wallada montó en cólera insultó al poeta y éste no vio más salida que irse de Córdoba.

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