De sobra es conocido el íntimo nexo que une a las leyendas del toreo con las principales advocaciones religiosas de la ciudad.

Sin embargo, 'Pasión de luces' es la primera exposición en que queda patente. Una muestra, ubicada en el Museo Taurino de Córdoba, que estará  abierta hasta el próximo 31 de mayo. 

El horario de apertura es de martes a viernes, de 8:15 a 20:00 horas. Los sábados abre de 9:30 a 18:00 horas y los domingos únicamente de 8:15 a 14:45 horas. El lunes permanecerá cerrada. 

La exposición está comisariada por Álvaro Rodríguez del Moral y reúne piezas de gran valor estético, documental, histórico y simbólico. Hermandades, toreros y fotoperiodistas han colaborado para que sea una realidad cediendo durante dos meses la colección de obras que la conforman 

El público podrá ver de cerca piezas tan icónicas como la vara de hermano mayor de Manolete o el lujoso capote de paseo de Morante de la Puebla con la imagen de Jesús del Gran Poder obra del imaginero cordobés Juan de Mesa. 

También está presente en la muestra un libro de asiento de la Hermandad de Jesús Caído rubricado  por Lagartijo, cuyo nombre figura en una copia del acta de la asamblea en la que fue elegido hermano mayor de la corporación de San Cayetano en 1880.

Los avatares de la corrida organizada el 18 de julio de 1951 con Luis Miguel Dominguín como cabeza de cartel quedan registrados en la documentación custodiada por la hermandad de la Misericordia. 

Piezas como la túnica regalada por Lagartijo –el célebre túnico-; la túnica del Señor del Alpargate, donada por Sánchez Saco o las mazas procesionales de la cofradía de las Angustias regaladas por Manuel Benítez El Cordobés, que también sufragó el metal que cubre la cruz de guía de la corporación de San Agustín, ponen de manifiesto el fervor y la generosidad de los diestros locales. 

Una devoción que se materializa en tres capotes de paseo únicos ornamentados con las imágenes de Jesús Caído y la Virgen de los Dolores, propiedad del torero Rafael González 'Chiquilín', que los ha lucido en momentos clave de su vida en el ruedo. 

A estos dos se suma el negro con la heráldica de la Hermandad de los Dolores bordada, por quien su propietario, Finito de Córdoba, siente especial devoción.