Paloma Cuevas está de celebración. Ayer mismo la diseñadora cordobesa cumplía 50 años y respondía al 'Cuestionario de la felicidad' de la revista ¡Hola!. 

Devota enamorada de su ciudad de origen, la hija de Victoriano Valencia no ha tenido ninguna duda a la hora de contestar a la pregunta acerca de un lugar al que volver: "Siempre a Córdoba", respondía a la famosa publicación. 

Y es que a pesar de llevar muchos años residiendo en Madrid, Cuevas mantiene numerosas amistades de infancia y juventud en nuestra ciudad y regresa siempre que puede. 

Una de las últimas veces que se la pudo ver en Córdoba fue a finales del pasado invierno durante una sesión de fotos con modelos de la firma Rosa Clará -con la que colabora- para la revista del saludo. 

De hecho una de las portadas de marzo de la publicación recogía la imagen de la empresaria cordobesa, vestida por la prestigiosa marca, en la puerta de la Mezquita-Catedral y acompañada por un caballo de pura raza árabe. En el mismo reportaje, y homenajeando a los cuatro Patrimonios de la Humanidad que detenta la ciudad, también se fotografió en Medina Azahara y en uno de los patios más emblemáticos de San Basilio. 

La cordobesa posó también para ¡Hola! en uno de los patios más emblemáticos de Córdoba

Cordobesa universal

La ex mujer de Enrique Ponce ejerce de orgullosa embajadora de su ciudad siempre que puede. Prueba de ello es que en mayo escribía en su perfil de Instagram: "Desde mi más tierna infancia tengo el recuerdo indeleble de ver a mi padre hacer de cicerone de muchos amigos descubriéndoles la ciudad de Córdoba; la Calleja de las Flores, la Calle del Pañuelo donde la anchura de la calle es justamente la de un pañuelo de señora,...".

Y continuaba diciendo: "Una ciudad que ofrece mucha historia; cuenta con numerosos vestigios de las culturas musulmanas, cristianas y judía que conviven en paz y armonía en la mágica ciudad, llena de embrujo, que te permite viajar en el tiempo al pasear por el soberbio monumento más importante de la arquitectura hispano-musulmana, la Mezquita-Catedral, cruzar el Puente Romano, callejear por el barrio de la Judería, adentrarte en los patios que atesoran infinidad de flores donde el estallido de color no tiene parangón, recorrer las ruinas de Medina Azahara, visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos, visitar el Palacio de Viana, disfrutar del espectáculo de los caballos de pura raza ya que Córdoba fue elegida por Felipe II como cuna del caballo español".

En esta ocasión incluso rememoró momentos de su infancia: "Recuerdo las tardes con mi pandilla del colegio paseando por la Plaza de la Corredera donde el encanto de los cordobeses se mezcla con el maravilloso clima y el ambiente te envuelve de tal manera que la alegría de vivir emana por cada poro de la piel".