Balcones atestados, mozos colgados de las rejas de las ventanas, grupos apiñados en las puertas de las casas... La primera jornada de toro de cuerda del verano en Carcabuey, celebrada con motivo de las fiestas de la Aurora, ha dejado este sábado, 20 de agosto, las imágenes habituales asociadas a esta tradición y una mezcla inevitable de adrenalina, nervios y emoción.

Por la mañana, los protagonistas han sido el toro Samaritano, patrocinado por Almazaras de la Subbética, y la vaquilla Divertida, patrocinada por Grupo Asesores. La suelta ha terminado "sin ningún percance", como ha explicado el alcalde, Juan Miguel Sánchez (IU). Por la tarde, es el turno del toro Voceador, del Kiosko Mandala, y la vaquilla Extravagante, de Ortiz de Bebidas. 

La segunda jornada de toro de cuerda es el sábado 10 de septiembre, con motivo de la Virgen del Castillo. 

Aunque no hay fuentes documentales que fijen el inicio histórico de este espectáculo, lo cierto es que hunde sus raíces en el tiempo y se viene realizando desde hace cientos de años, como explica la Fundación Toro de Lidia. Y hoy sigue estando muy arraigado en este municipio cordobés, el único del Sur de la provincia que celebra este tipo de festejos taurinos populares.

El toro de cuerda realiza un recorrido de unos 750 metros dividido en dos partes. El primero, con un vallado en la calle principal de Carcabuey para poder ver el paso de los toros sin peligro. La segunda zona discurre por varias calles y están a disposición de los corredores las rejas y balcones para la huida en los momentos de mayor peligro, convirtiendo este circuito en el lugar idóneo para el disfrute de corredores y espectadores.

Desde la Fundación Toro de Lidia explican que el animal tiene libertad para correr por las distintas calles, mientras que los mozos que llevan la cuerda están atentos para evitar las posibles cogidas y momentos de peligros que sufren los corredores.