El complicado reto de ser emprendedora a los 21 años
Cafetería La Espiga
Esta cafetería destaca por el pan de masa madre que ofrece y por su variedad en dulces
El autoempleo ha sido en los últimos años una de las soluciones más factibles frente a la crisis económica que ha generado un progresivo deterioro de las condiciones de trabajo en muchos casos, cuando no la destrucción de numerosos empleos. Las propias instituciones han promovido mucho el emprendimiento, pero iniciar una aventura profesional por cuenta propia siempre es un reto complicado y que requiere de valentía y arrojo. En esa tesitura se vio María José Rodríguez hace apenas cuatro meses, cuando sus jefes le plantearon hacerse cargo de la Cafetería La Espiga. A sus 21 años, el hecho de llevar un negocio propio parecía una empresa dura, pero María José apostó por ello y en poco tiempo está recogiendo los frutos de su trabajo.
"Cuando mis jefes me propusieron traspasar el negocio no lo dudé, es verdad que soy muy joven pero me gustaba la idea y creo que debería haber muchos más jóvenes que se decidieran a emprender", cuenta esta cordobesa, que conoció el sector de la hostelería como empleada y que asegura estar "muy contenta con el cambio", a pesar de que "es mucha más responsabilidad y conlleva muchas obligaciones", pero al final "siempre reconforta más el trabajo porque uno puede hacer las cosas a su manera y eso compensa".
La Panadería La Espiga se ha hecho rápidamente con una fiel clientela que apuesta por la calidad de su pan y por los buenos desayunos que a un precio bastante competitivo se pueden disfrutar en este negocio, que también dispone de una buena variedad de dulces artesanos. "El pan que tenemos es de obrador, pan artesano de toda la vida, hecho a diario y es algo importante porque no hay muchos sitios que apuesten por la calidad, que siempre se nota", cuenta María José Rodríguez, que también dispone de las tradicionales ofertas de pan, "aunque también es pan de calidad, de masa madre".
La Cafetería La Espiga abre todos los días desde las 8:00, incluidos los domingos, y además de su horno con pan y una gran variedad de bollería artesana, también ofrece sabrosos desayunos. "Desde 1,60 euros tenemos el desayuno de café con leche y media tostada, y el resto no pasan de los dos euros", cuenta María José. La buena relación calidad-precio es algo primordial en su negocio, pues "para un negocio de barrio es importante adaptarse a sus clientes y hay que tener muy en cuenta que los precios estén al alcance de todos los bolsillos".
En estos meses en el negocio, a María José le ha dado tiempo a ir transformando la imagen de su negocio poco a poco. Además, los fines de semana, la Cafetería La Espiga se convierte en un punto de reunión en el barrio, pues esta cordobesa suele preparar los tradicionales peroles de arroz cordobés o migas, para acompañar la consumición de sus clientes.
Poco a poco, y en tan solo unos meses, la Cafetería La Espiga se ha consolidado en su barrio, gracias al buen hacer de una joven emprendedora que tuvo la valentía de autoemplearse a sus 21 años.
Ubicación
La Cafetería La Espiga se encuentra ubicada en la Avenida Miguel de Unamuno, número 17.
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