En medio de un clima político convulso, la agrupación del PSOE en Vélez-Málaga se encuentra en el centro de la tormenta. Más de la mitad de la ejecutiva, compuesta por 36 miembros, presentó su dimisión en masa el pasado viernes 3 de mayo, zarandeando parte de los cimientos del partido en el municipio. Este brusco cambio de dirección ha colocado a la formación frente a una encrucijada crucial: decidir entre convocar una asamblea para elegir una nueva ejecutiva o establecer una gestora provisional hasta la celebración de un congreso extraordinario. Este giro ha exacerbado las tensiones internas, especialmente después de que dos miembros de la ejecutiva hayan dado marcha atrás en su decisión alegando "haber sido engañados". 

Según el portavoz del PSOE de Vélez-Málaga, Francisco Medina, tanto el senador Víctor González, como el gerente de la Cueva de Nerja, José María Domínguez, protagonistas en este episodio, no habrían actuado sin el consentimiento del secretario provincial. Estas revelaciones apuntan a una discrepancia en las directrices recibidas desde la cúpula del partido, con instrucciones de esperar hasta después de las elecciones europeas para tomar cualquier decisión relevante. Esto arroja luz sobre "la posible existencia de una estrategia política premeditada, con implicaciones aún por dilucidar".

En medio de este tenso panorama, Medina acusa de una "maniobra en venganza por Torremolinos". Según testimonios de compañeros de otras provincias que están en la regional, el portavoz local, Daniel Pérez, "habría estado buscando permiso durante meses para llevar a cabo esta jugada", ha compartido Medina.

El portavoz del PSOE ha expresado su preocupación por los intentos de Pérez de "distanciarse de la maniobra política y atribuir responsabilidades al senador y al gerente de la Cueva de Nerja". La renuncia del senador, quien también ocupaba roles clave como secretario de organización y portavoz del grupo municipal, plantea interrogantes sobre quién tiene la facultad para convocar la ejecutiva o una asamblea, y el hecho de que no se hayan realizado estas convocatorias "genera sospechas sobre posibles temores a la democracia interna dentro del partido".

Asimismo, Medina sugiere que la ausencia de convocatorias podría estar relacionada con la "falta de confianza en la capacidad de ganar una asamblea democrática", lo que refleja una situación de incertidumbre y divisiones internas en la agrupación del PSOE en Vélez.

Preocupación entre los militantes

La posibilidad de instaurar una gestora en Vélez-Málaga ha desatado preocupación entre los militantes, temerosos de perder el control sobre la dirección de la agrupación. Se advierte que esta medida podría desencadenar "una ola de bajas entre los afiliados", lo que podría tener repercusiones significativas en el panorama político local.

En última instancia, el objetivo de garantizarse el control de la mayor agrupación de Málaga y colocar a un candidato afín sin un proceso de contratación interna transparente genera interrogantes sobre los principios democráticos y la gobernanza interna del PSOE.

Mientras tanto, las miradas están puestas en los promotores de estas acciones, quienes tendrán que dar explicaciones sobre sus motivaciones y sus implicaciones para el futuro político de Vélez y la provincia de Málaga.