Un escalón superior

El novillero malagueño Fernando Rey debuta esta tarde con caballos junto a Gómez del Pilar y Tomás Campos

El novillero malagueño Fernando Rey realiza una faena por naturales.
El novillero malagueño Fernando Rey realiza una faena por naturales.
Marta Jiménez / Málaga

10 de agosto 2012 - 01:00

Toca dar un paso más en la madurez taurina y luchar por conseguir un puesto en un escalafón superior. Es lo que le ocurre al novillero malagueño Fernando Rey que hoy saltará al ruedo de La Malagueta para debutar con caballos. El alumno de la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga camina con cautela ante esta nueva etapa que se le avecina y confía en que sus responsables hagan las cosas bien. Sólo piensa en "dar un zapatazo" los días que le den la oportunidad de anunciarse en una plaza. Ante su debut esta tarde con los del castoreño se encuentra "con mucha ilusión y con ganas de demostrar" todo lo que lleva dentro. Pisará el albero del coso malagueño después de superar una lesión en su hombro debido a una dislocación sufrida en una de las novilladas de promoción de Canal Sur, en concreto la celebrada en la localidad cordobesa de Montoro. De este percance a penas queda nada. Tras tres semanas con el brazo inmovilizado, el novillero ha vuelto a entrenar sin problemas y "haciendo las cosas suaves" para volver a recuperar el tacto de los trastos.

Alguien que conoce muy bien a Fernando Rey, es otro Fernando, en este caso Cámara. El exmatador de toros y actual director artístico de la Escuela Taurina malagueña dice de su pupilo que "ha sido un de los mejores que han pasado por la escuela". De hecho ha sido ganador de certámenes durante su estancia en el Centro de Alto Rendimiento para Toreros de Guadalajara y ha llegado en dos ocasiones a la semifinal de las novilladas auspiciadas por la cadena pública andaluza.

Fernando Cámara lo describe como un novillero que "tiene condiciones propias y una forma de torear que lo hace diferente al resto". "Se transforma delante del toro y coge unas formas que muchas veces le digo que es un torero barroco", apunta su profesor que también resalta algún que otro defecto como son esas "pájaras que le hacen no saber dónde está". El consejo que le da su maestro es que "siga siendo como es".

De su apoderamiento se ocupa Eduardo Martínez quien considera que "hay que ir poquito a poco y tener paciencia". No se marca un número de festejos, sólo le preocupa que esas tardes le "sirvan para que los empresarios lo tengan en cuenta".

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