Crónica de la corrida del sábado de Feria de Abril

Morante nos hizo soñar el toreo

  • El de La Puebla le cortó las dos orejas a un toro de Garcigrande tras una faena para la historia

  • También destacaron un Juli enciclopédico y un animoso neófito

Morante de la Puebla con su segundo toro

Morante de la Puebla con su segundo toro / José Ángel García

Tras el temporal del viernes llegó una sabatina rica en sevillanía y en buen gusto. Nuevamente se abarrotaba el primer templo del toreo, pero la zafiedad del día anterior ni apareció ni nadie debió echarla en falta. Y fue una corrida con su intrahistoria, ya que el envío de Torrestrella llegó por expresa petición de Morante. Y para no quedarse solo en la aventura, embarcó en ella al Juli, el torero que mata la camada de Garcigrande. Y fue a darse la circunstancia de que el toro cuarto se derrumbó y fue devuelto a los corrales para ser sustituido por Ballestero, un toro cinqueño de Garcigrande. Y le tocó a Morante mientras que El Juli se zampaba todo el lote de Álvaro Domecq.

Y fue en este toro donde el orfebre cigarrero iba a desgranar lo mejor de su tauromaquia. Para el recuerdo quedará la faena de Morante a un toro muy serio plantando cara y exigiendo mucho al que se le pusiera delante. Tras una lidia muy laboriosa en la que Lili se ganó bien el jornal, Morante empezó sobando al toro muy decidido para erguir la figura y hacer el toreo soñado. Y la plaza rompió al tercer muletazo para no dejar de vitorearle. Como rompió a tocar esa banda que tan cicatera fue alguna vez con el de La Puebla. No se puede torear mejor ni sin toro, ni siquiera de salón se puede torear con la estética, la naturalidad y la despaciosidad de este torero. Y aquel toro que tanto exigió en los primeros tercios acabó siendo un colaborador incondicional del matador. Cartel de toros tras cartel de toros, un espadazo le dio a Morante las dos orejas de este Ballestero que ya fue sobrero cuando la corrida de Garcigrande del pasado miércoles. Anteriormente con su primero, Morante tiró por la calle de enmedio para demorarse con el descabello, por lo que le dieron un aviso. Y cuando parecía que la Feria se le iba sin traca final salió ese toro de Garcigrande que demostró el porqué hay ganaderías más solicitadas que otras.

Toma de la alternativa de Manuel Perera Toma de la alternativa de Manuel Perera

Toma de la alternativa de Manuel Perera / José Ángel García

La tarde se abrió con la alternativa del animoso Manuel Perera, que de novillero ya tocó pelo en este mismo sitio. El joven extremeño no se dejó nada en el hotel y como el que da lo que tiene no está obligado a más, Sevilla lo arropó desde que salió y hasta quiso conseguirle una oreja que no pudo ser por la tardanza en morir del sexto. Con éste hasta se fue a portagayola para jugársela en un atropellado afarolado. Muy animoso toda la tarde, el éxito le pudo llegar en el sexto, con el público de la Maestranza llevándolo en volandas al triunfo. No pudo ser, pero el muchacho salió con bien del estado de nervios que siempre produce la tarde de la alternativa.

...y El Juli. Nueva Feria que deja el madrileño para lo mejor que guarda la memoria. Tres tardes triunfales en la que sólo en ésta no tocó pelo. Enciclopédico en su primero y comprometido al máximo en el quinto, Julián volvió a encandilar a la Maestranza, que lo trata como a uno de los suyos. No en vano, las siete puertas del Príncipe no le han tocado en una tómbola, sino que las fue conquistando a sangre y torería desde aquella primera en que acabó en la enfermería y la del miércoles. Pero como eso es agua pasada, centrémonos en cómo estuvo Julián con esta corrida de Torrestrella en la que se anunció en un gesto de decir que puede con lo que le echen. En su primero fue enseñándole a embestir desde que salió, bajándole mucho las manos con el capote y Granaíno fue entrando en la canasta hasta que dijo basta. Y es que la corrida no sacó mala clase, pero sí mostró una falta de fondo indudable. En este toro, Julián mostró una vez más cómo se las avía para que sus toros parezcan mejores de lo que en realidad son. Pudo cortarle la oreja a este toro, pero tardó en doblar y todo quedó en petición. En el quinto, tras la sinfonía de Morante, Julián quiso empatar el partido y hasta creyó que podría lograrlo en su brindis a Álvaro Domecq, pero todo fue una falsa ilusión, el toro dijo hasta aquí hemos llegado y se paró para siempre. Y así vimos la corrida de este sábado 7 de mayo de 2022 en el que Morante nos hizo soñar el toreo.

El Juli matando a su segundo toro El Juli matando a su segundo toro

El Juli matando a su segundo toro / José Ángel García

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