Toros

Triunfo la terna con indulto doble para Santiago Domecq

Triunfo de la terna y del ganadero en la corrida de toros de Feria de la Manzanilla con dos toros indultados, récord que tenía en esta plaza la ganadería de Torrestrella y que ahora ha igualado Santiago Domecq Bohórquez que ha soltado un encierro muy bien presentado y de excelente juego, lo que se dice una gran corrida de toros.

Con esos mimbres, tres toreros del grupo especial, tienen que formar un lío necesariamente y así ha sido, saliendo por la puerta grande con un puñado de orejas, tanto reales como presuntas.

La corrida muy buena, los indultos ya se sabe como es esta plaza con ese tema: vox populi vox dei si me permiten los latines. Latines que no sabía ninguno de los toros de Santiago, tal vez algo recordaría del bachillerato el que cerró plaza, que puso a su matador en más compromiso.

La verdad es que el indulto le llegó al tercero por la suma de las buenas condiciones de los dos primeros, pero el que tuvo deslumbrante clase fue el cuarto, más que el tercero si me preguntan . Con el tercero sumando a su bondad las cualidades de los dos primeros y la clase del cuarto, hasta hubo voces pidiendo el indulto para el quinto de la suelta, voces que Castella cortó tajante.

Porque la corrida parecía que en vez de haber venido en camión se había bajado de la furgoneta del tío de los turrones, fue de dulce. Me dio la impresión de que el primero se vino abajo porque en dos pares sucesivos El Fandi metió uno de los palitroques en la herida del puyazo. Desde luego la sangre le corría por el pecho y hasta las pezuñas. El toro vino muy a menos pero tuvo mucha bondad y nobleza. Se vino abajo y no hubo opción para Fandila.

El segundo fue nobilísimo y de templada embestida. Castella lo cosió al engaño en un primer tiempo de toreo fundamental elevando mucho el tono con la zurda. Se templaron toro y torero hasta que se acabó el episodio a la vez que los ímpetus del astado , comenzando otro tipo de faena en cercanía, vertical el torero, ligando con suavidad los medios pases, muy en corto con un toro noble como un milord, hipnotizado. Estocada y dos orejas.

Si alguien pensaba que el tercero fue bronquito de salida, saliendo sueltecito de los capotes, no fue Daniel Luque que se preocupó de que le midieran el puyazo. Lo vio desde el principio y se echó el capote a la espalda en un apretado quite. La faena de muleta, muy seguro y firme, caló desde los primeros compases. Muletazos largos, templados y con el toro a más. El torero con la figura muy compuesta y mucho sitio, certero y manejando muy bien el argumento de la faena. La verdad es que Luque fue dueño de la situación y puso mucho en el toro. El palco sacó el pañuelo verde por error y el espada recibió los máximos trofeos simbólicos, sin duda de otro toro.

Eso no le pasó a Fandi, que indultó al cuarto pero dio la vuelta al ruedo sin los trofeos. Este cuarto fue el toro de la tarde, con recorrido, franco y noble. Se reservó en los lances de recibo de Fandila, pero luego embistió en los primeros compases con un motor que mantuvo hasta el final. Faena larga y muletazos de extenuado recorrido con un toro con viaje, la cara encajada y templado. Lo que entendemos por clase. Mucha clase. Ya se sabe que El Fandi no es un virtuoso pero manejó las embestidas y compuso una faena irreprochable.

Rodaba la tarde pero el quinto, de Castella, fue otro toro diferente, que requería la lidia de un profesional, un toro con el interés de los difícil y complicaciones que no trascendieron tanto al tendido, que se quedó con la idea de un toro que vino a menos. La oreja fue un premio de justicia para el francés, por encima de su toro.

Y Daniel Luque cerró con otro triunfo ante el sexto, el más complicado. Muy atento el torero, esquivó amenazas ciertas y con firmeza y la seguridad del que sabe lo que hace, gobernando al toro. Fue su tarde. Dos orejas que fueron auténticas esta vez, sin ninguna duda.

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