Feria de Bilbao | Novena y última de las Corridas Generales 2018

Chacón y Leal, herido, consiguen sendos trofeos ante una mala corrida de Miura

  • El sevillano Pepe Moral, que brilla al natural ante un sobrero de Salvador Domecq, con calidad y entrega, da una vuelta al ruedo tras fallar con la espada

Juan Leal, quien se mantuvo en el ruedo tras ser herido y cortó una oreja.

Juan Leal, quien se mantuvo en el ruedo tras ser herido y cortó una oreja. / Miguel Toña / Efe

La Feria de Bilbao, de amable público, se cerró con una corrida de Miura que se sumó al fiasco ganadero generalizado de esta edición y a la que se enfrentó Octavio Chacón y Juan Leal, quienes consiguieron sendos trofeos, cayendo herido el segundo y Pepe Moral, que tuvo en buena suerte un sobrero de Salvador Domecq que embistió con entrega y calidad y ante el que el sevillano, que brilló especialmente al natural, perdió premio por la espada. Muy poco público en un abono en el que la tónica han sido pobres entradas y en el que ni siquiera las figuras han conseguido un lleno hasta la bandera.

Octavio Chacón, quien cumplió con solvencia lidiadora y estoqueadora, lidió tres toros por cornada de su compañero Juan Leal y cortó una oreja. El que abrió plaza, de lámina preciosa y cárdeno claro salpicado, fue ovacionado de salida. Cumplió en varas y esperó en banderillas. En la muleta, justo de fuerzas, tuvo un pitón derecho potable y acometió con mucho peligro por el izquierdo a un Chacón que, siempre con calma, lo trató con la mayor suavidad posible. Mató de estocada y fue ovacionado.

El cuarto, un castaño de 630 kilos, en el tipo de la casa, que se defendió a base de hachazos por ambos pitones, resultó imposible para el lucimiento de Chacón, quien mató de media certera, cobrando un trofeo.

En el sexto, que mató por Juan Leal, no tuvo opción. El toro sabía latín y Chacón salvó el pellejo con gallardía, especialmente en la suerte suprema, cuando el pajarraco le tapó la salida; metiendo muy bien el torero el brazo para la estocada.

Pepe Moral tuvo una gran oportunidad con un sobrero de Salvador Domceq, corraleado, que sustituyó a un titular derrengado de Miura. El Domecq, negro burraco, fue de nota, embistiendo muy bien y con entrega por ambos pitones. Moral, que se lució en un quite por chicuelinas, comenzó su faena a pies juntos, intercalando un par de muletazos por la espalda. Con la derecha destacó en una serie y por la izquierda, en distintas tandas, hubo naturales de calidad. Se mascaba premio, pero falló con la espada y dio una vuelta al ruedo.

Al segundo, alto, Moral lo recibió con una larga cambiada de rodillas en los tercios, se lució a la verónica y en un galleo y se justificó con creces ante un astado que repuso desde el primer momento y se orientó pronto. Mató al primer envite y fue ovacionado.

Juan Leal salió a tumba abierta. El tercero fue devuelto por su flojedad. En su lugar, saltó el previsto como sexto, alto, que se dejó pegar en varas. Leal se la jugó de forma temeraria. Ya en la primera tanda diestra, de rodillas, resultó cogido, sufriendo una tremenda paliza, con un pitón rajándole el chaleco. Sin mirarse, volvió a la cara del toro. Hubo más sustos por el pitón izquierdo y en un muletazo por la espalda. Con la garra que había aplicado en la lidia, se volcó encima de los pitones del toro en la suerte suprema, sufriendo una cornada en la pierna derecha. Oreja a sangre y fuego y a la enfermería para ser operado, con un torniquete evitando la hemorragia. Aunque quiso, ya no pudo salir.

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