Toros

Borja Jiménez logra el único trofeo en el cierre de la Feria de Valdemorillo

última corrida de la feria de valdemorillo Ganadería: Corrida de Ana Romero, de encaste Santa Coloma, seria aunque con varios astados fuera de tipo. En cuanto a su comportamiento, fue complicada en su conjunto. El mejor, el cuarto, pronto y con movilidad. TOREROS: Borja Jiménez, de blanco y oro. Pinchazo y entera (ovación tras aviso). Casi entera desprendida y dos descabellos (oreja tras aviso). Lama de Góngora, que hacía su presentación, de azul y oro. Dos pinchazos y un descabello (silencio). Dos pinchazos y casi entera muy tendida (silencio). Francisco José Espada, que hacía su presentación, de azul y oro. Dos pinchazos y estocada (silencio). Pinchazo, media muy tendida, pinchazo y estocada (silencio) INCIDENCIAS: Plaza de toros de Valdemorillo. Domingo 7 de febrero de 2016. Media entrada.

Con muy pocos aspectos positivos se saldó el cierre de Valdemorillo donde falló la corrida de Ana Romero, de encaste San Coloma, seria y con armamento. Un encierro con varios toros que no estaban en el tipo y que en conjunto no dio buen juego; a excepción del cuarto, pronto, con movilidad y que duró mucho. Un astado al que cortó la única oreja del festejo el espartinero Borja Jiménez tras una faena en la que logró los mejores pasajes del espectáculo toreando al natural.

Borja Jiménez se las vió con un cuarto toro grandón -si nos atenemos a la tipología del encaste santacolomeño- y de pinta singular; pues a la capa cárdena se unía en los cuartos traseros una zona negra, como pintada. Con decisión, abrió faena en los medios con un par de muletazos de rodillas, cerrando la tanda con un gallardo pase del desprecio. Lo más interesante fue el toreo al natural, con muletazos suaves y de buen trazo. Y como epílogo, un error de principiante: le perdió la cara al toro en un desplante de espaldas. El astado acometió con violencia y lo lanzó como un cohete hacia el cielo sin, afortunadamente, calarle. Tras una estocada casi entera desprendida y dos descabellos, el rubio torero sevillano fue premiado con el único trofeo del festejo.

Con el que abrió plaza, otro serio y grandón ejemplar de pinta cárdena, con mucho que lidiar y de escasa fijeza, Borja Jiménez realizó una labor con firmeza y en la que se excedió de metraje, lo que le dificultó a la hora de estoquear al morlaco.

Lama de Góngora tuvo como primer oponente a un manso que pronto buscó tablas. El torero se lució a la verónica, jugando bien los brazos. Con la franela, no tuvo opciones al lucimiento artístico en una labor porfiona.

Al serio y complicado quinto, Lama lo recibió con una larga cambiada de rodillas. En el trasteo pasó apuros, con un momento dramático cuando cayó tras un pase de pecho en el que el toro se revolvió y estuvo a punto de atrapar al torero del Arenal. Ante ambos toros falló con la espada, con varios envites en los que hizo la suerte dejándose el brazo atrás.

El madrileño Francisco José Espada, voluntarioso ante su lote, se entregó con ganas ante el tercero, que a punto estuvo de propinarle una cornada en un despiste.

Con el sexto toro, que reponía, Espada se encontró incómodo y dio un mitin con la espada, entrando de manera poco ortodoxa en la suerte suprema, como ya había sucedido en su anterior toro.

Borja Jiménez, el triunfador de la tarde, con sitio y firmeza, comenzó su temporada dejando una grata impresión y paseando, entre el dolor por la ya descrita cogida, el único trofeo de un tibio espectáculo.

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