Final en Benidorm

Una vieja y un viejo van pa Albacete y al Festival de Eurovisión

Karmento en uno de los momentos líricos más emocionantes de su 'Quiero y duelo'

Karmento en uno de los momentos líricos más emocionantes de su 'Quiero y duelo' / RTVE

Es noche de Benidorm Fest, de calibrar cómo había talento, intención e innovación en la música española presentar una canción con garantías, dentro de una apreciable diversidad, para hacer un papel destacado en el Festival de Eurovisión. Ya se consiguió el primer año, con el SloMo de Chanel, de donde se afianzaron otros nombres como Rigoberta Bandini o Varry Brava; y se ha confirmado en este segundo (cuando en principio, por tanto nombre poco conocido se desconfiaba del plantel).

Los espectadores que se pongan cómodos para ver esta noche La 1 (a las 22.00, la hora a la que debieron haber comenzado las semifinales que han tenido flojos datos de audiencia) se van a encontrar con un interesante espectáculo. En especial porque son propuestas variadas, alguna incluso alternativa, que no dejan indiferentes. Los ganadores de las semifinales son los mejor posicionados y actúan en quinto y sexto lugar de la gala: Agoney con Quiero arder, electropop apoteósico y dramático para mostrar todos sus registros de voz, y Blanca Paloma, favorita en principio para estar en Liverpool, con su Eaea, por bulerías. El flamenco (flamenco de verdad, renovado y sugerente) toca con los dedos regresar tras Remedios Amaya, tanto tiempo después, al Festival de Eurovisón y hacerlo por la puerta grande y tentar a estar muy arriba.  La cantante (qué va, cantaora) Blanca Paloma, con su nana jerezana, lo merecería.

La actuación de Blanca Paloma y 'Eaea' en la segunda semifinal del Benidorm Fest

En la relación se cuela el pop fresco, simpático, de Vicco con Nochentera, que vuelve a ser la guinda de la fiesta, cerrando. Su puesta en escena desenfada no sería mala opción para llevar al Reino Unido (ojalá hubiera estado ahí en 2021 en lugar de Blas Cantó, por ejemplo). Alice Wonder con Yo quisiera, es una poderosa balada; el rock distópico y alternativo de Megara con Arcadia como poco será tan fascinante como desconcertante para mucho público; y José Otero con Inviernos en Marte sobrecoge con su torrente y su interpretación. Son opciones en esta noche

Pero hay un punto y aparte que será paradójicamente el punto de apertura de esta gala. Su misión será sobre todo convencer al jurado, porque el televoto y el jurado demoscópico la manchega Karmento lo debería de tener de cara. Quiero y duelo sabe a pueblo, huele a silla de enea y suena a canturreo en el quehacer de la casa. Evoca a los abuelos, a lo que fuimos. Es nosotros cuando descascarillamos la pátina impersonal.

A Karmento la presentaron como una rareza pero es deliciosamente común porque la reconocemos a simple vista, jacarandosa, en un ballet de humildad, de autenticidad. Una simplicidad tan compleja que nos emociona porque su melodía punza el bulbo raquídeo.

Nos hemos puesto pedantes, sí, pero es difícil explicar cómo horada en los recuerdos y en la familia Karmento. Es lo que se esperaba que hubiera hecho en semifinales Fusa Nocta y el flamenqueo urbanita de Mi familia, que también está ahí esta noche. A priori era la favorita y hoy, quién sabe cómo puede revolverse.

Pero lo de la manchega es de una sutilidad cosquilleante. Evoca al folclore hispanoamericano, a las serenatas de otro tiempo que pueden sonar a hoy mismo.

Quiero y duelo es la historia de una joven que se ve  alentada por vivir su vocación, su aventura, lejos de los padres, que siempre arropan. Adiós, que para eso las madres regalan alas para soñar y vivir. Y si la cosa pinta mal, siempre te quedará tu casa para volver. Para guarecerte en los brazos de tus padres. Hoy es el día para escuchar a Karmento y emocionarse.

Repite las frases en ese subrayado lírico de las canciones populares. Si teníamos así al picarón "Una vieja y un viejo van pa Albacete, van pa Albacete" del jiennense El Payo Juan Manuel, de esa tierra adentro ahora nos llega Carmen Toledo, Karmento, que es de Albacete, de Mogarra, y que sería capaz de estrujar a todos los corazones europeos que se le pusieran por delante. "Y su padre entre los miedos la acompañaba, la acompañaba", reitera en su copla saltarina esa misma niña que halló su vocación en la música. Y, ay, ese coro de voces manchegas sinceras. Nosotros. España no está vaciada. Está llena de personas maravillosas. Simplemente, hay que escucharlas. Lorololó, lorolorololó. 

 

'Quiero y duelo', de Karmento, Benidorm Fest 2023

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