TV-Comunicación

¿Cómo vamos a celebrar los 50 años del 'Un, dos, tres'?

El plató del 'Un, dos, tres', a mediados de los 80, con Mayra Gómez Kemp

El plató del 'Un, dos, tres', a mediados de los 80, con Mayra Gómez Kemp

El 24 de abril nuestro querido Un, dos, tres cumplirá 50 años. El programa que se inventó Narciso Ibáñez Serrador y que salió en antena por vez primera el lunes 24 de abril de 1972, conjugó tanta energía en sus mejores épocas, que hubo espectadores a quienes servía de analgésico. Cuentan pacientes crónicos que los lunes o los viernes, días en las temporadas se emitieron alternativamente, se olvidaban de tomar la medicación porque el programa les servía de anestésico.

Existirían dos formas de afrontar la celebración. Una, que sería estando a la altura de las circunstancias, exigiría haber preparado un especial como Dios manda. Uno de esos programas que se cocinan a fuego lento, con tiempo, congregando a las personas que a lo largo del tiempo, en este caso entre 1972 y 2004, pasaron por el amplio equipo del programa. Conversando con ellas.

Don Cicuta y KIko Ledgard Don Cicuta y KIko Ledgard

Don Cicuta y KIko Ledgard

De las más relevantes, sólo faltan tres, el legendario presentador peruano Kiko Ledgard y otros dos, catalanes, Jordi Estadella y Josep Maria Bachs.

Existe otro modo mucho más sencillo de celebrar el cumpleaños. Es más barato y no exige preparación ninguna. Se trata de rescatar del archivo, llegada la fecha, alguna entrega añeja y programarla para goce del respetable. A ser posible en La 2, sin que moleste mucho, tal vez mediada la noche. Con un poco de suerte, a coste cero hasta puede subir la media de audiencia de la cadena.

Alejandro Ibáñez con su padre, Chicho Ibáñez Serrador, y su hermana Pepa Alejandro Ibáñez con su padre, Chicho Ibáñez Serrador, y su hermana Pepa

Alejandro Ibáñez con su padre, Chicho Ibáñez Serrador, y su hermana Pepa / RTVE

Pero está claro que las cosas no deberían hacerse así. Con semejante displicencia. TVE ha anunciado que ha optado por la segunda opción. Aunque ambas no eran excluyentes. Lo ideal habría sido que se hubiesen ‘currado’ un buen programa conmemorativo, ilustrado con alguna emisión antigua.

Aunque en un país como el nuestro, donde no existe un Museo de la Televisión, donde las publicaciones sobre el medio escasean y apenas tienen repercusión mediática, ha ocurrido justo lo que esperábamos.

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