Muere otro miembro de 'Los Chiripitifláuticos', Roberto Mosca, el de 'Ay, Leocadio'
El actor argentino era Filetto Capocómico en las aventuras infantiles de mediados de los 70 en TVE
'Los Chiripitifláuticos' en el recuerdo ante el fallecimiento de Barullo
¿Qué significa 'Chiripitifláutico'?

Hace medio siglo, cuando el equipo médico habitual de La Paz iba informando de la agonía de Franco, en la programación infantil de las tardes de TVE, cuando solo habia cadena y poco en el televisor, Los Chiripitifláuticos, con sus diez minutos diarios con que se llegaba al atardecer, eran un refugio inestimable de fantasía y una ingenuidad que con los años sería menospreciada. Pero qué va, el argentino Óscar Banegas, con un carácter en ocasiones intratable, hilaba fino. Por Los Chiripitifláuticos pasó el primer niño negro de la televisión en España, Barullo, sus personajes vagaban por el mundo haciendo el bien y conociendo a gente rara a la que se quería de inmediato. Y había un tipo emperador romano, histriónico, con un punto ambiguo, que llevaba a cuestas un león de peluche, Leocadio. Aquel romano era Filetto Capocómico y con su felino de felpa iban juntos mientras él cantaba "ay, Leocadio, ay Leocadio, no pareces un león, tan guapito y pinturero... pareces un faraón". Efectivamente, en aquellos años había que negar la evidencia y aunque los personajes parecieran otra cosa ante la censura había que negar todo, escondidos en el disparate...
Leocadio y su dueño pertenecen a la segunda etapa de Los Chiripitifláuticos. En la primera, a finales de los 60 con el contenedor Antena infantil, pertenecían Locomotoro (Paquito Cano, defenestrado por Banegas, por celos, en la siguiente andadura), además de María Carmen Goñi, Valentina; Félix Casas, el capitán Tan; y Miguel Armario Bosch, el Tío Aquiles (quien escribe no ha mirado google en toda la tarde). Decíamos, el actor que daba vida a ese Filetto acaba de fallecer. El actor argentino Roberto Mosca ha dicho adiós entre el desconocimiento absoluto de las nuevas generaciones, pero entre los espectadores que nos acercamos a los 60, y que seguimos llevando un niño trasto a cuestas, tenemos en la simpatía la compañia de Filetto y de su actor. Roberto Mosca participó en el último Un, dos, tres.. a leer esta vez, en la cuadrilla de Bradbury que Chicho había ideado para esa postrera temporada de 2004. Aquel actor de Los Chiripitifláuticos era el “general Antilivroff” que interrumpía a los concursantes que se equivocaban. Una parodia de Fahrenheit 451. Como aquel Un, dos, tres naufragó en la noche del los viernes, nadie recuerda la incursión de ese argentino nacido en Italia que nos ha dejado.
Roberto Mosca nació en 1942 en vísperas de la guerra mundial en su tierra, en Taranto, Italia, Siendo niño ya quería ser payaso y con ocho años su familia emigró a Argentina y allí desarrolló su vocación interpretativa, en los circos, su pasión, en los siempre inquietos teatros bonaerenses y en la creativa televisión de aquel pais donde, precisamente, la programación infantil siempre fue vanguardia de los contenidos en castellano.
Capaz de hacer reír y llorar en un minuto, como los buenos, en Argentina fue una figura fundamental en a escena y su paisano Banegas le llamó para esa aparición en Los Chiripitifláuticos en 1973 y que se prologó durante algo más de dos años. Se quedó en nuestro país algo más de tiempo en labores de actuación y de dirección de actotres y entre esos programas estuvo el Un, dos, tres. En los años 90, en la etapa de Jordi Estadella, ayudó a fenómenos del humor que irrumpían en esa etapa como Ángel Garó.
Roberto Mosca, Robertino como también le conocen en Argentina, deja un especial recuerdo entre los espectadores de la compañía Teatro San Martín, toda una institución por allá.
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