Un excelente participante

Orgullo andaluz: todo lo que genera por añadidura Rafa Castaño

Orestes abraza a Rafa Castaño pocos segundos después de completar el rosco, este jueves

Orestes abraza a Rafa Castaño pocos segundos después de completar el rosco, este jueves

Rafa Castaño, el hombre del momento, ha hecho en estas semanas más por Andalucía en general, y por Sevilla en particular, que diez campañas promocionales sobre las bondades de nuestra tierra. No es necesario que nos justifiquemos sobre el talento que hay por el sur (no sólo para bailar, cantar y contar chistes) pero de vez en cuando hay que insistir en que todo el patrimonio que nos rodea, los nombres paisanos que fueron y son nuestro prestigio en los cultural, no fueron por generación espontánea ni son casualidades.

Es casi patético insistir, pero de vez en cuando hay que decirlo: en Andalucía se trabaja mucho. Somos un pueblo acostumbrado al esfuerzo, a prosperar allá donde haya ido y que por nuestra forma de ver la vida, en transmisión colectiva, compensamos los rigores y las obligaciones con saber vivir y reír.

El concursante que ha conseguido el bote de Pasapalabra ha sido ejemplar por su actitud y deportividad. Si se puso algo serio al pegarse el chupinazo de su victoria fue por no crear un desaire ante su amigo y rival, Orestes, que se lo merecía tanto como él. Los concursos veteranos de la tele se rigen por funcionamientos deportivos porque sus participantes crean comunidad, se respetan y generan respeto.

Pasara lo que pasara con ese bote y con la cantidad más gruesa o no que amasara, el hábito de seguir a sus concursantes constata la disciplina y la dedicación que han de aplicar quienes se ponen delante de Roberto Leal, que también contribuye lo suyo a normalizar acentos y consonantes, y a su labor profesional se le une como pátina un trato en lo humano exquisito. Aunque tenga 'haters' que veían como una afrenta que le viniera a disputar la victoria a Orestes, ambos han mantenido una sana rivalidad muy alejada a lo más tóxico de las redes.

 Los concursantes andaluces que destacan en la televisión de forma involuntaria son representantes de nosotros mismos y a cualquiera le debería enorgullecer ver a los paisanos triunfando en eso de saber, discurrir y ganar ante las cámaras.  Desbaratan además clichés.

Desde hace años Canal Sur debería tener un concurso exigente de conocimientos. Un quiz de los de verdad, cuyos participantes siguieran desarmando tópicos mentirosos y facilones, como ha hecho Rafa Castaño.

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