Visto y Oído

francisco andrés gallardo

López Castillo

EN este lunes conocíamos el fallecimiento del periodista Santiago López Castillo, quien durante su segunda etapa como director de Parlamento de TVE, en 2002, calificó en una publicación ajena a la casa de "morritos Jagger" a la entonces pipiola Leyre Pajín, la ministra intergaláctica. En pleno rodillo aznarista el PSOE hizo fuerza con el resto de la oposición para pedir la cabeza. Fue una exigencia asequible. Quedaban años para que las redes sociales hirvieran con cualquier palabra.

Parlamento, un programa siempre esquinado en TVE, no se vio perjudicado con este cese que a su vez, nos imaginamos, provocaría en López Castillo una inquina contra el PSOE que nunca se le curó hasta su último artículo en Periodista Digital en esta semana pasada.

El fallecido seguía el perfil de periodista oficialista de la cadena pública, una empresa donde cada uno ha arrimado la sardina al ascua política que más le ha convenido, dedicando los esfuerzos a no disimular en esas intenciones. No fue de los profesionales que destacara por una excesiva brillantez. Allá donde estuvo, en la trinchera media, mantuvo un perfil más bien bajo, con tono monocorde, durante sus 30 años en TVE.

Su etapa en Estudio Estadio fue la más anodina que le recordamos al resumen liguero, espacio que con él heredó ese quehacer de rutina del boletín parlamentario. Antes de la primera victoria socialista su nombre se manejaba para un amplio resumen diario de los centros territoriales en una de esas tentativas por crear un tercer canal de ámbito autonómico del monopolio audiovisual, modelo que hubiera compensado a las taifas de la Forta. Pero ni vascos ni catalanes estaban por la labor de ceder la exclusividad a Torrespaña. Ya hemos visto cuáles eran las reales intenciones.

Santiago López Castillo, que también estuvo durante un par de años al frente del Redacción de noche de la Segunda Cadena (antepasado de La 2 Noticias), formaba parte de aquella plantilla de TVE cuando la televisión era única, onmímoda y todopoderosa. Ya no.

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