Qué quiere hacer realmente la Administración Trump con la inteligencia artificial
El Gobierno de EEUU presenta su plan nacional para la inteligencia artificial, una hoja de ruta de 28 páginas que marca un giro significativo en la política tecnológica estadounidense.
Trump lanza su plan para dominar la inteligencia artificial global con menos regulación y más ideología
La Administración de Donald Trump presenta su plan nacional para la inteligencia artificial, una hoja de ruta de 28 páginas que marca un giro significativo en la política tecnológica estadounidense respecto al mandato anterior.
Bajo el título America’s AI Action Plan, el documento apuesta abiertamente por lograr la supremacía global en IA, tanto en términos económicos como militares, y lo hace apelando a una combinación de desregulación, impulso industrial y confrontación ideológica.
Estos son algunos de los elementos destacados del plan de Trump:
Liderazgo global a través del sector privado
El plan apuesta por una supremacía tecnológica estadounidense en IA que se traduzca en ventajas económicas y militares.
Pero esa supremacía se pretende alcanzar principalmente mediante el impulso al sector privado, con un enfoque desregulador. En concreto:
- Se eliminan regulaciones impuestas por la Administración Biden (como la EO 14110 sobre desarrollo “seguro y fiable” de la IA).
- Se insta a las agencias federales a revisar y retirar normativas que obstaculicen la innovación.
- Se penalizará a los estados con leyes que se consideren demasiado restrictivas para el desarrollo de la IA, limitando su acceso a fondos federales relacionados.
El núcleo de esta política es crear un entorno regulatorio laxo que priorice la velocidad y competitividad del sector privado sobre la cautela institucional.
Impulso a la infraestructura física y energética para IA
El plan reconoce que los modelos de IA actuales y futuros exigen una infraestructura masiva (chips, centros de datos, energía eléctrica). Para facilitar su despliegue:
- Se agilizan los permisos para centros de datos, fábricas de semiconductores y plantas de generación eléctrica, con menos restricciones ambientales.
- Se refuerzan las cadenas de suministro nacionales (especialmente en semiconductores), con apoyo público pero sin compromisos sociales o climáticos exigidos a las empresas.
- Se propone modernizar la red eléctrica estadounidense, incluyendo fuentes como geotermia avanzada, fisión y eventualmente fusión nuclear.
Este es uno de los pilares más concretos y factibles: una apuesta decidida por expandir la capacidad material necesaria para sostener una economía intensiva en IA.
Promoción de la IA de código abierto y soberanía tecnológica
El plan hace hincapié en apoyar modelos de IA abiertos (open-source/open-weight), por su potencial para:
- Reducir la dependencia de grandes tecnológicas con modelos cerrados.
- Facilitar la adopción en gobiernos y empresas con datos sensibles.
- Promover estándares fundados en “valores americanos” frente a modelos alineados con China o regímenes autoritarios.
Se buscará incentivar estos modelos mediante acceso a recursos de cómputo financiados públicamente, programas como el National AI Research Resource y colaboración con empresas tecnológicas.
Adopción masiva de IA en el Gobierno y el Departamento de Defensa
Trump quiere acelerar la incorporación de IA en todas las agencias federales. Esto incluye:
- Herramientas para automatizar trámites, mejorar la atención al ciudadano o analizar grandes volúmenes de datos.
- Crear un “intercambio de talento” entre agencias para contar con personal capacitado.
- Una estrategia específica para el Departamento de Defensa: automatización de procesos internos, preparación para el uso militar de IA, y centros de prueba para sistemas autónomos.
Esta sección es verosímil y ambiciosa, con impacto inmediato si se materializa. Requiere sin embargo fuertes inversiones y coordinación interinstitucional.
Preparación del mercado laboral y educación
Aunque el tono del documento evita hablar de destrucción de empleo, el plan reconoce que la IA transformará el mercado laboral. Las acciones incluyen:
- Formación en competencias digitales y en IA desde la educación secundaria y profesional.
- Incentivos fiscales para empresas que ofrezcan formación en IA a sus empleados.
- Evaluación sistemática del impacto de la IA en salarios, empleos y productividad.
Aunque con tono optimista, esta parte es realista y plantea medidas necesarias para amortiguar impactos sociales y facilitar transiciones laborales.
Fortalecimiento de la ciberseguridad y la protección frente a riesgos
La Administración Trump planea:
- Crear centros seguros de datos para uso militar e inteligencia.
- Establecer mecanismos de respuesta ante fallos de sistemas de IA o ciberataques.
- Promover herramientas de evaluación y auditoría de sistemas de IA (para robustez, interpretabilidad, etc.).
Además, se menciona una preocupación concreta: combatir los deepfakes en el sistema legal, por su potencial para alterar procesos judiciales o manipular pruebas.
Diplomacia tecnológica y control de exportaciones
La tercera gran línea del plan es geopolítica. Trump busca:
- Exportar la “IA americana” a aliados para contrarrestar la influencia tecnológica de China.
- Fortalecer los controles de exportación sobre chips y tecnologías de IA.
- Imponer restricciones a países que no cooperen en bloquear la transferencia de tecnología a rivales estratégicos.
Esta dimensión geopolítica es muy consistente con la visión estratégica de Trump: convertir la IA en un activo diplomático y de control global, al estilo del petróleo o los semiconductores en el siglo XX.
Qué puntos son más puramente retóricos o poco desarrollados
- El discurso sobre “valores americanos” y libertad de expresión se utiliza para justificar el rechazo a criterios como diversidad o desinformación en los estándares técnicos de IA. Esta parte es ideológica, no técnica.
- La promesa de “una nueva era de prosperidad para los trabajadores” carece de detalle sobre cómo se evitarán los impactos negativos en sectores automatizables.
- El lenguaje sobre “renacimiento cultural, industrial e intelectual” es hiperbólico y no añade acciones concretas.
En resumen
Con todo, el Plan de Acción de IA de la Administración Trump presenta una estrategia hasta cierto punto coherente, centrada en:
- Desregulación y estímulo al sector privado.
- Construcción masiva de infraestructura física y energética.
- Protección de la soberanía tecnológica estadounidense.
- Aceleración del uso de IA en Gobierno y Defensa.
- Competencia directa con China por la supremacía tecnológica.
El problema es el exceso de retórica patriótica o ideológica y la apelación a la guerra cultural (también coherente con el propio Trump), que pone en duda si estas líneas de acción, sobre el papel realistas, podrán llevarse a cabo.
Eso sí, omite algunos elementos clave, como los riesgos éticos de la IA o el impacto social de la automatización.
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