Microsoft da un golpe a los buscadores alternativos a Google con el fin de las API de Bing Search

La compañía de Redmond cierra una puerta clave para la competencia digital en las búsquedas en plena sacudida del monopolio de Google

Microsoft anuncia que despedirá a unos 6.000 empleados

Microsoft Bing
Microsoft Bing

En pleno auge de la inteligencia artificial y con el monopolio de Google bajo el escrutinio judicial, Microsoft ha decidido cerrar una puerta clave para la competencia digital: las API de Bing Search dejarán de estar disponibles el 11 de agosto.

Esta decisión amenaza con dejar huérfanos a motores de búsqueda alternativos y dificulta aún más el acceso independiente a los datos estructurados de la web. Justo cuando parecía que el mercado de las búsquedas podía abrirse, las alternativas se reducen.

El próximo 11 de agosto, Microsoft retirará de forma definitiva sus API de Bing Search, una herramienta clave que durante años ha permitido a motores de búsqueda alternativos acceder a resultados indexados sin tener que construir su propia infraestructura.

La medida, aparentemente técnica, tiene profundas implicaciones para el futuro inmediato de internet y se produce en un momento especialmente sensible: en medio del juicio antimonopolio contra Google en Estados Unidos, donde se debate precisamente cómo abrir el mercado de las búsquedas a más competencia.

La medida marca un cambio estratégico hacia soluciones basadas en inteligencia artificial y supone un nuevo giro en el cambiante panorama de internet. Pero también genera interrogantes serios: ¿cómo afectará a los buscadores alternativos, a los desarrolladores independientes y, en última instancia, a los usuarios?

El anuncio de Microsoft

Microsoft comunicó esta decisión en su portal de actualizaciones de Azure y mediante correos enviados a clientes. Como sustituto, Microsoft propone usar el sistema Grounding with Bing Search integrado en Azure AI Agents, una herramienta pensada para enriquecer las respuestas generadas por modelos de lenguaje con datos públicos extraídos en tiempo real de la web.

A partir de la fecha señalada, “todas las instancias existentes de la API de Bing Search serán desmanteladas por completo y el producto dejará de estar disponible tanto para su uso como para el registro de nuevos clientes”.

Este nuevo enfoque, asegura Microsoft, “satisface mejor la demanda del mercado de soluciones de IA”, permitiendo a chatbots como ChatGPT enriquecer sus respuestas con datos públicos en tiempo real.

Críticas de los desarrolladores

Sin embargo, esta solución no convence a muchos desarrolladores, que critican su falta de flexibilidad, el hecho de que prioricen resúmenes generados por IA frente a resultados de búsqueda en bruto y que la nueva solución no está a la altura del acceso directo a resultados brutos que ofrecían las API tradicionales.

Este enfoque, si bien más alineado con la actual estrategia de Microsoft en torno a la inteligencia artificial, representa una pérdida significativa para quienes basaban sus servicios en el acceso directo y sistemático al índice de Bing.

Proyectos independientes

Durante años, estas API fueron una tabla de salvación para proyectos que querían plantar cara a Google sin contar con los recursos para rastrear e indexar toda la web por sí mismos.

Herramientas como DuckDuckGo, Brave, You.com o Mojeek aprovecharon este acceso para construir motores más respetuosos con la privacidad o centrados en nichos específicos.

Aunque algunos, como DuckDuckGo, conservarán el acceso gracias a acuerdos privados con Microsoft, muchos otros -especialmente pequeñas startups- se verán obligadas a cerrar o buscar alternativas.

Microsoft no ha ofrecido detalles sobre los motivos económicos detrás de esta decisión, pero la coincidencia con el despido de 6.000 empleados y la drástica subida de precios de estas API en 2023 (hasta un 900%) apunta a una estrategia de racionalización de costes y concentración en productos de mayor rentabilidad.

Los problemas judiciales de Google

Esta decisión vuelve a poner en manos de unos pocos gigantes el acceso estructurado a la información online y se produce en un contexto especialmente delicado para el sector.

En Estados Unidos, Google se enfrenta a varios procesos judiciales por prácticas monopolísticas, uno de ellos precisamente sobre las búsquedas (en el otro, el de la publicidad, el Departamento de Justicia ha pedido la división de su imperio publicitario) y no se descarta que se impongan medidas para obligar al gigante a compartir sus datos de búsqueda con competidores.

Microsoft, que lleva tiempo afirmando que el escaso uso de Bing limita la calidad de sus resultados, podría salir beneficiada si se concreta esa exigencia. Pero su decisión de cerrar sus propias API plantea dudas sobre su voluntad real de fomentar la competencia.

El efecto sobre el ecosistema

Lo más preocupante es el efecto estructural que esta decisión puede tener sobre el equilibrio del ecosistema digital y, en concreto, el mercado de buscadores.

Durante años, estas API han permitido a independientes acceder a un índice web de gran escala sin tener que construir uno propio, algo costoso y técnicamente complejo. La retirada de este recurso podría ahogar a nuevas iniciativas justo en un momento en que, por primera vez en años, el dominio de Google empieza a ser cuestionado.

A partir de ahora, las opciones se reducen y el desarrollo independiente se complica, en un entorno ya de por sí dominado por gigantes.

Vuelta a la concentración

Es una decisión que dice mucho no solo sobre la estrategia de Microsoft, sino también sobre el rumbo que está tomando internet: uno en el que la inteligencia artificial sustituye a la búsqueda clásica, pero también donde el control de los datos y el acceso a la información vuelve a concentrarse en unas pocas manos.

Para los usuarios, la promesa de diversidad, competencia y privacidad en la red queda de nuevo en entredicho. El verdadero riesgo es que, en este reordenamiento acelerado, los usuarios pierdan diversidad, transparencia y control sobre cómo acceden a la información en la red.

Con Microsoft cerrando esa puerta y Google bajo la lupa judicial, el futuro de la búsqueda en internet se redefine entre la concentración tecnológica, la inteligencia artificial y una competencia aún por reconstruir.

Mientras el Departamento de Justicia estadounidense avanza en su causa contra el monopolio de Google, Microsoft opta por cerrar las puertas a su propio índice, reduciendo aún más las opciones disponibles. El resultado es una paradoja: en lugar de abrir el mercado, se sigue concentrando.

¿En qué consiste el cambio?

Las API de Bing ofrecen resultados en crudo, es decir, listados estructurados de enlaces relevantes, similares a los que cualquiera puede obtener en un buscador tradicional.

La nueva solución sugerida, basada en Grounding with Bing Search como parte de Azure AI Agents, se apoya en resúmenes generados por inteligencia artificial a partir de datos web.

Es un modelo cada vez más común en la industria, similar al que Google está desplegando con sus AI Overviews: fragmentos redactados por modelos de lenguaje en lugar de resultados directos.

Si bien estas respuestas pueden ahorrar tiempo al usuario, también suponen una pérdida de control sobre las fuentes originales, reducen la transparencia y concentran aún más poder en quienes gestionan los modelos de IA y su acceso a los datos.

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