Sociedad

La presión social para retrasar la edad del primer móvil se extiende por toda España

Una adolescente observa a una influencer en Tik Tok

Una adolescente observa a una influencer en Tik Tok / Luis Tejido / Efe

La presión social nacida desde un grupo inicial de Whatsapp de madres y padres de Barcelona rechazando la "normalización" de entregar un teléfono móvil inteligente a los niños a los 12 años, con el paso de la educación primaria a la secundaria, se ha ido extendiendo por toda Cataluña y por otros territorios de España.

En estos momentos, más de 9.300 miembros ahora ya de un canal de Telegram -el de Whatsapp alcanzó el número máximo de participantes- están luchando para "rebajar al máximo la presión social ante la compra de un móvil" a los niños a los 12 años y "romper una dinámica enquistada" que asume como "normal" la llegada del móvil al acabar la primaria, ha explicado a Efe uno de los portavoces del movimiento, Xavier Casanovas.

Para ello, ha dicho que persiguen "empoderar a las familias que quieren aplazar la llegada de los móviles a la vida de sus hijos" y que éstos "no sean los raros de la clase".

El portavoz de este movimiento, nacido en el barrio barcelonés del Poblenou, ha insistido en que es "insuficiente" regular los teléfonos móviles inteligentes en los institutos y cree que es "imprescindible restringir su acceso y uso en la educación obligatoria".

Sin poner en cuestión la necesidad de educar en el uso de las tecnologías, este grupo defiende que hasta los 16 años "no es necesario hacerlo con el móvil en el bolsillo".

Las tesis se han ido extendiendo por toda Cataluña y el 'chat' inicialmente solo del Poblebou se ha organizado en más de 30 grupos que representan la diversidad geográfica catalana.

La iniciativa también engloba otros grupos activos en España que ha surgido a partir del grupo de Telegram barcelonés en Andalucía, Almería, Cádiz, Granada, Huelva, Jaén, Málaga, Sevilla, Madrid, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Galicia, Islas Baleares, Alicante- Castellón y Valencia, Navarra, Álava, Canarias, Cantabria y Vizcaya.

En paralelo, en la Rioja más de 340 familias y docentes se han unido en el grupo de Telegram "Logroño, adolescencia libre de móvil" con el objetivo de "unir fuerzas para hacer frente al problema de las pantallas entre niñas, niños y adolescentes".

El objetivo de los promotores de esta iniciativa es cuestionar la necesidad real de dar un móvil a edad prematura y valorar otras alternativas; compartir acciones para realizar cuando los menores ya tienen el teléfono; y crear sinergias y coordinar acciones con otras localidades de la región para poder realizar un cambio de mayor alcance.

El papel de los institutos

En todo el territorio español hay centros que han tomado las riendas para regular el uso de los terminales.

La Comunitat Valenciana cuenta con varios centros educativos "libres de móviles", en los que si los llevan deben estar apagado, no se pueden usar en el patio, y si los utilizan se les abre un parte de disciplina y se retira el teléfono, que no se devuelve hasta que la familia acuda a recogerlo a Dirección.

Es el caso de los IES Camp de Morvedre, en el Puerto de Sagunto (Valencia), el IES Clot de Moro de esa comarca, o el IES Guillem Alcalà de La Pobla de Farnals (Valencia).

Asimismo, se ha creado una campaña en change.org para conseguir que los institutos sean un espacio sin móviles en la Comunitat Valenciana y no se puedan utilizar en primero y segundo de la ESO.

En Aragón, el instituto de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) ha votado ser 'espacio libre de móviles', si bien, es una decisión adoptada a nivel interno, dado que en esta Comunidad no hay normativa específica al respecto y el uso de móviles depende del Reglamento de Régimen Interno (RRI) de cada dentro.

Aunque, eso sí, el Instituto Aragonés de la Juventud hace asesorías para jóvenes sobre la adicción a pantallas.

En Castilla y León, la AMPA del CEIP "Santa Catalina" de Salamanca ha tomado en consideración la propuesta de una madre para impedir dentro del recinto académico el uso del teléfono móvil con acceso a internet al menos hasta cuarto de la ESO (14-15 años de edad).

Esta propuesta, articulada ya en forma de una campaña con el lema de "Madres y padres conscientes", tiene de momento un ámbito exclusivamente ceñido a familias de alumnos de Primaria.

El objetivo, según fuentes cercanas a los promotores, es el de evitar entre los preadolescentes y adolescentes trastornos de la alimentación, adicciones, depresión, acceso a contenidos pornográficos e intentos de suicidio.

Diferencias entre autonomías en la regulación

Las comunidades de Castilla La-Mancha, Galicia y Madrid cuentan con una normativa que elimina el uso de los móviles en los centros educativos para uso recreativo y personal, pero no en actividades lectivas, mientras que la mayoría de autonomías lo dejan en manos de los centros.

En Cataluña, donde la mitad de los centros educativos tienen ya algún tipo de regulación, la presión de las familias ha abierto un debate para extender la normativa a partir del próximo curso 2024-25, lo que se hará a partir de un "marco general" que determinará la Generalitat, si bien será cada centro educativo el que concrete sus normas según su "realidad" y "especificidades".

En declaraciones a Efe, la presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), María Capellán, ha considerado que se debería “regular el uso del teléfono para hacerlo de manera más responsable”, aunque por la vía de "mostrar sus inconvenientes desde la educación, jamás mediante la prohibición". 

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