Sevilla

En la muerte de Benedicto XVI

El papa emérito Benedicto XVI.

El papa emérito Benedicto XVI. / EFE

Ha muerto el último Papa que visitó España y en cierta forma, Benedicto XVI (1927-2022) le ha allanado el camino a su sucesor, el Papa Francisco. Los achaques de este último, viajero impenitente, abocaban a la Iglesia a enfrentarse con otro periodo de los tres Papas. Así se conoció el que se vivió en 1978, cuando a la muerte de Pablo VI, su sucesor, Albino Luciani (Juan Pablo I), muere a los 33 días de estrenar su pontificado y es sustituido por el polaco Karol Woyjtila (1920-2005), que ocupó la silla de Pedro durante casi tres décadas.

A finales de julio llegamos a Roma y el Papa Francisco estaba de visita apostólica en Kazajistán. Ignoro si en la diplomacia vaticana el Papa emérito puede ejercer entonces de pontífice en funciones para suplir la ausencia de quien le sucedió en el cargo.

A la muerte de Juan Pablo II, cuyo longevo mandato acabó con las esperanzas papales de dos o tres generaciones de cardenales, surgió una legión de candidatos. En 2005, todos los martes pasaba por casa del juez Manuel Rico Lara, también nacido en abril como Benedicto XVI, para preparar un libro de desahogos sin rencores. Siempre hablábamos con la televisión apagada y el sonido de la radio como un zumbido. La cátedra de san Pedro estaba vacante y se prodigaban las cábalas para su sucesión. El cardenal Ratzinger ofició una misa en Roma en la que condenó "la dictadura del relativismo". No tenía nada contra Einstein, que da nombre al hospital brasileño en el que moría Pelé unas horas antes. Al oír esa parte de la homilía, Rico Lara, un cristiano muy particular que como ilustrado con un punto afrancesado era más de Juan XXIII que de Juan Pablo II, me dijo sin pensárselo dos veces que ése sería el futuro Papa. Pleno al 15 para Benedicto XVI.

Ratzinger le allana el camino a Francisco para evitar una Iglesia con tres Papas

El Sábado Santo de 2022 cumplió 95 años. Nacido el 16 de abril de 1927, era de la quinta de Gabriel García Márquez, que murió un Jueves Santo de 2014. Ratzinger se especializó en la figura de san Buenaventura. Ahora que estos dos genios del 27 coinciden en el Macondo del cielo, les haría gracia el chascarrillo de Julio Martínez Velasco. Le dice un amigo a otro: ¿Te gustó Cien años de soledad? Y le responde, ¿la de San Lorenzo o la de san Buenaventura?

Ha sido uno de los Papas con más peso intelectual. Polemizó como teólogo con Jürgen Habermas. Cada Papa es un mundo en una Iglesia mucho más plural de lo que piensan los amigos de simplificarla. Empezó su pontificado con una catarata de encíclicas: Deus Caristas est (Dios es amor) salió el día de Navidad de 2005. Spe Salvi (Salvados en la esperanza), el 30 de noviembre de 2007, festividad de san Andrés. Nombre de la iglesia cuyo titular, el Cristo de los Panaderos, viajó a Madrid para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.

El actor Anthony Hopkins encarnó a Joseph Ratzinger en la película ‘Los dos Papas’, del brasileño Fernando Meirelles, que termina con Benedicto y Bergoglio viendo juntos la final Alemania-Argentina del Mundial de Brasil de 2014. Los argentinos se han sacado la espina casi una década después de la llegada al Papado del que fuera arzobispo de Buenos Aires. La noticia de la elección de Ratzinger como Papa tras la fumata blanca la vimos en un monitor de televisión del Corte Inglés que antes fue Galerías Preciados. En su primer año de pontificado, el Betis ganó su segunda Copa del Rey. El año de su muerte, ha ganado la tercera. En 1977, cuando se estrenó en esta competición, Ratzinger fue nombrado arzobispo de Munich.

Ya sólo hay un Papa en Roma. El único que habla por cuna la lengua de fray Luis y san Juan de la Cruz, pero se resiste a visitar España. Bergoglio le dijo a Carlos Herrera que iría a Santiago en el año Jubilar sin pasar por España. Un misterio como el del Espíritu Santo o la Santísima Trinidad.

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