Un año después del incendio, la reconstrucción de Notre Dame está en pausa

Macron insiste en recuperar la catedral de París en 2024 pese a las dificultades

La campana mayor suena para recordar el desastre

Imagen de los daños en Notre Dame.
Imagen de los daños en Notre Dame. / EP
María D. Valderrama (Efe)

15 de abril 2020 - 16:25

París/Francia revive este miércoles el incendio que amenazó con destrozar la catedral de Notre Dame, uno de sus monumentos más simbólicos, con la férrea voluntad del presidente Emmanuel Macron de reconstruir el edificio en cinco años, pese a las múltiples dificultades encontradas hasta ahora para avanzar.

"Reconstruiremos Notre Dame en cinco años. Haremos todo lo posible para mantener ese plazo. Por supuesto, las obras están en suspenso de momento por la crisis sanitaria pero se relanzarán en cuanto sea posible", dijo Macron en un mensaje en vídeo retransmitido en su cuenta de Twitter.

Macron recuperó un tono de gravedad, casi trascendental, para dirigirse a la nación en pleno estado de emergencia sanitaria y convertir la catedral en el símbolo de la resiliencia nacional.

Un año de obstáculos

Las dificultades no han sido pocas. Si en los primeros días tras el incendio los arquitectos y obreros empezaron a hacer constataciones sobre el estado de las bóvedas, escalando con cuerdas y excavando manualmente entre los restos de los escombros, tres meses más tarde sonaba la primera alerta: el plomo.

El fuego fundió gran parte de las 1.326 placas de plomo que recubrían el tejado y diseminó ese metal por los alrededores en forma de partículas peligrosas para la salud. La laboriosa descontaminación de la zona con técnicas de alta presión o de aspiración paralizó las obras de finales de julio a mediados de agosto.

A la precaria situación se le unió la necesidad de proteger de la intemperie la debilitada estructura y el crucero de la catedral, sobre el cual hay ahora un gigantesco agujero. El edificio había sido cubierto con una enorme lona días después del incendio, pero este otoño e invierno los fuertes vientos volvieron a entorpecer la situación.

El andamio

Mientras tanto, el gigantesco andamio, la peor pesadilla de los arquitectos y obreros, permanece en su lugar sorprendentemente intacto desde la noche del fuego.

Notre Dame restauraba la aguja erigida por Eugène Viollet-le-Duc en el siglo XIX cuando se desataron las llamas. El desmantelamiento del andamiaje quemado, que quedó reducido a un amasijo de hierros, es clave para poder acceder al epicentro del siniestro.

Un monstruo de metal con un peso estimado de entre 300 y 500 toneladas que se ha convertido en el peor obstáculo de la obra. Para poder retirarlo han tenido que recurrir a una grúa de 80 metros de alto cuya simple ascensión conlleva a cada obrero 10 minutos de escalada.

Gracias a ella pudieron instalar recientemente unas barreras metálicas que sirven como cinturón, para impedir que un posible movimiento brusco provoque el derrumbamiento del andamio, impacto que las bóvedas no podrían soportar.

"Mientras los andamios sigan encima, no podremos decir que la catedral está salvada. Estamos bloqueados en las obras otra vez, todo va muy lento y en el momento en el que por fin íbamos a retirarlos, llega el confinamiento", explicó el rector de la catedral, Patrick Chauvet.

Esa delicada labor de retirada iba a empezar el pasado 23 de marzo, pero reina por ahora la calma en torno a ese monumento gótico habitualmente bullicioso, desprovisto de parisinos y turistas por un confinamiento por el coronavirus que en Francia se extenderá, de momento, hasta mediados de mayo.

Estaba también en marcha la retirada de la madera calcinada sobre el trasdós de las bóvedas, necesaria para constatar el estado del mortero que garantiza la unión entre las piedras y saber cómo las juntas han resistido al frío, el calor y otros episodios meteorológicos extremos en estos doce meses. Hasta que no finalicen ambas operaciones, el establecimiento público encargado de su conservación y restauración no da por superado el peligro de hundimiento.

Tampoco ha avanzado la investigación judicial de la Brigada Criminal, cuyo análisis técnico también quedó frenado con la suspensión de las obras, el pasado 16 de marzo, aunque de momento la Justicia sigue privilegiando la pista de un incendio accidental.

La campana mayor de Notre Dame suena en recuerdo del incendio

La campana mayor de Notre Dame, llamada popularmente Emmanuelle, suena este miércoles en recuerdo del incendio que arrasó la cubierta y parte de la catedral, cuando se cumple un año del fatídico fuego.

Será la segunda vez que la campana resuene tras el incendio. La primera vez fue el pasado 30 de septiembre, como homenaje a la muerte del ex presidente Jacques Chirac.

Situada en la torre sur de la catedral, Emmanuelle deberá ser activada manualmente porque la corriente eléctrica del edificio permanece desactivada. Dos personas se encargarán de subir al campanario y golpear la campana tirando de una cuerda.

Emmanuelle es la más antigua de las campanas de la catedral y, con más de 13 toneladas de peso, la segunda más grande de Francia. Fue realizada en 1686 y apadrinada por Luis XIV, y es la única de Notre Dame que no fue fundida durante la Revolución Francesa.

Ha sonado en momentos históricos, como cuando la ciudad fue liberada de los nazis el 24 de agosto de 1944, pero también en ceremonias solemnes religiosas y nacionales.

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