La población española está cada vez más empobrecida. Esto se debe a los altos precios de los productos de primera necesidad, como los alimentos, la luz y electricidad o la gasolina, debido en gran parte a la inflación que estamos sufriendo y a la guerra en Rusia y Ucrania. También se debe a que los sueldos de los trabajadores siguen siendo los mismos, mientras que todo cada vez es más caro. Si realizamos la cesta de la compra con 50 euros cada vez podemos adquirir menos productos, en comparación con el año pasado.

En España, una de cada tres personas no se puede permitir pagar unas vacaciones o afrontar un gasto imprevisto de 750 euros. Además, casi la mitad de los españoles tiene problemas para llegar a fin de mes y al menos un tercio de los menores de 16 años están en riesgo de pobreza o de exclusión social.

Para ser más exactos, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en España es del 27,8% en el año 2021, que es el dato más elevado desde 2016, 0,8 puntos superior al año 2020 y 1,6 puntos más respecto al año 2019. Al menos así lo ha revelado la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Crecen las desigualdades tras la pandemia

La imagen general que dibuja la encuesta realizada por el INE es que España es un país donde la pobreza y la desigualdad económica ha vuelto a crecer tras el paso de la pandemia. Las diferencias entre ricos y pobres se han vuelto a ensanchar, ya que el 20% de la población más rica multiplicó por 6,2 los ingresos del 20% más pobre del país. Esto es una brecha que, desde la llegada del coronavirus, se ha ampliado en al menos cuatro décimas.

En 2021, el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona (calculado con los datos de ingresos de 2020) se situó en 9.535 euros, un 0,9% menos que el estimado en el año anterior. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, dicho umbral fue de 20.024 euros.