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El juez fija la exhumación de los abuelos de un magnate de Menorca en la demanda de una herencia multimillonaria

  • El pleito se dirige contra dos sobrinos del magnate, que poseía numerosos bienes entre Menorca, Barcelona y Sevilla

  • El ADN nunca falla

El abogado Fernando Osuna representa a la demandante

El abogado Fernando Osuna representa a la demandante / Cabalar (Efe)

Un juzgado ha fijado para el próximo 17 de febrero la exhumación de los restos mortales de dos presuntos abuelos en el caso de la demanda presentada por una mujer de 77 años que vive en Málaga y que ha demandado a los dos sobrinos de un magnate de Menorca, uno de ellos sevillano, para reclamar la multimillonaria herencia que les dejó su tío alegando que el hombre en cuestión es su padre biológico.

Según ha afirmado el abogado Fernando Osuna, la decisión del juzgado de fijar la exhumación para ese día en el cementerio de Ciudadela de Menora es "un paso de gigante en este interesante caso, que afecta directamente a un sevillano".

La demandante nació en 1945 fruto de una relación de noviazgo, pero no conyugal, entre su madre y el millonario, que después no aceptó el embarazo. En un primer momento, la demandante pidió la exhumación del supuesto padre para proceder con el correspondiente análisis de ADN y así comprobar si la mujer es hija del hombre, pero en este caso ha habido que dar un rodeo porque el cadáver ya había sido incinerado. Por eso el juzgado que lleva la demanda, en Menorca, ha acordado que se exhumen los cuerpos de sus padres, es decir, los presuntos abuelos de la mujer. También ha prohibido la incineración y la manipulación de esos restos óseos mientras no se proceda a la práctica de la exhumación y la recogida efectiva de muestras biológicas.

Esa medida se ha tomado después de que los hermanos del fallecido, los supuestos tíos de la reclamante y padres de los sobrinos demandados, se negasen a hacerse la prueba del ADN.

En caso de que la Justicia le dé la razón, la mujer se convertiría en heredera forzosa y arrebataría toda la herencia a sus presuntos primos, ya que el padre murió soltero y no tuvo más hijos. Y no es pecata minuta lo que dejó el hombre. Entre su legado, repartido entre Menorca, Barcelona y Sevilla, figuran palacios, tierras rústicas, viviendas, joyas, obras de arte, empresas y, por supuesto, metálico en bancos.

El multimillonario era natural de Menorca y también vivió en Barcelona. Fue allí donde conoció a la mujer, una profesora de idiomas bastante más joven que él que se había establecido en la Ciudad Condal después de pasar gran parte de su infancia en el extranjero. La relación perduró hasta que ella se quedó embarazada. En aquella época, mediados de los años 40, estaba socialmente mal visto que una pareja tuviese un hijo sin haberse casado, a lo que hay que sumar que la joven apenas había cumplido la mayoría de edad. Por eso se distanció la pareja y ella tuvo a su hija como madre soltera.

De todas formas, y ahí encuentra la defensa otro argumento para la demanda, alguien medió para que el magnate acabara dando dinero a la mujer e incluso haciéndose cargo del colegio de la menor.

Este y otros datos son aportados por Fernando Osuna en su demanda, que incluye el certificado de nacimiento, el intercambio de cartas entre el padre y la madre o de otros familiares y amigos reconociendo el embarazo, las notas del colegio de la niña con el apellido paterno, las aportaciones económicas del millonario a la madre y a su hija y, por último, fotografías que revelan el "gran parecido físico" entre la demandante y su supuesto padre biológico. "Los derechos de la hija son mucho más sólidos que los de los sobrinos", asegura Osuna.

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