Causa criminal

“Decidí que tenía que hacer desaparecer el cuerpo”, la versión de la inquilina que mató a su vecina

Imagen del vertedero de Toledo

Imagen del vertedero de Toledo / Ismael herrero (EFE)

Marta, la chica de 34 años que presuntamente asesinó y descuartizó a su vecina Pilar, de 68 años y presidenta de la comunidad en la que ambas vivían, dice que todo fue un accidente.

La versión de la presunta agresora ha tratado de ser exculpatoria. La inquilina ha asegurado que el día de los hechos, el pasado 27 de febrero, su vecina se tropezó cuando ella fue a visitarla, que cayó al suelo golpeándose fuertemente la cabeza, lo que le hizo perder la vida.

Tras ello solo se le ocurrió, confiesa, meter su cuerpo en una maleta, llevárselo a una finca a 130 kilómetros de Madrid, descuartizarlo y depositarlo en una especie de punto limpio. Tras estas declaraciones los investigadores consideran que Marta podría ser una psicópata.

En la declaración, a la que ha tenido acceso el Programa de Ana Rosa, la chica ha contado que “a las diez y media aproximadamente acudí a mi domicilio con el objetivo de recoger las pertenencias que tenía allí”.

La chica iba a mudarse pero tenía una deuda pendiente por los impagos de unas facturas de agua, por lo que la mañana que ocurrió todo fue a poner en orden dichos recibos. Después, según su versión, Pilar se acercó para hablar sobre las facturas. “Llamó al timbre y la dejé entrar a mi domicilio”.

Cuenta que Pilar se encontraba en el pasillo, cerca del baño, cuando se giró y se cayó al suelo. “Me di la vuelta y en ese momento Pilar, sin tocarla, cayó de espaldas, golpeándose en la parte trasera de la cabeza con el mueble del lavabo”.

Continúa contando que se agachó para recogerla: “la levanté del suelo y entonces me percaté de que estaba sangrando mucho. Me asusté y la solté, golpeándose Pilar nuevamente en la cabeza, y escuché un chasquido”.

De esta manera Marta centra su versión en que lo ocurrido fue un accidente y defiende que ella no acabó, de forma premeditada, con la vida de su vecina.

Sí ha confesado, por el contrario, que intentó deshacerse del cuerpo: “me puse muy nerviosa. Decidí que tenía que hacer desaparecer el cuerpo, por lo que eché un vistazo a mi alrededor y vi la maleta”.

 En ese momento Marta introdujo a Pilar en la maleta, algo que no le costó demasiado porque era una mujer que pesaba poco. Después se dirigió a un establecimiento comercial a comprar productos de limpieza para limpiar los restos de sangre de su piso. Se valió de una fregona para ello.

Después metió la maleta en el maletero de su coche y puso rumbo a su pueblo, una localidad toledana situada a 130 kilómetros de Madrid. Allí, en una finca de su padre intentó ocultar el cadáver.

“Una vez allí, cogí unas maderas. A continuación rocié la maleta y las maderas con gasolina y encendí una hoguera con cerillas”, ha relatado. Sin embargo Marta no consiguió su propósito y tuvo que volver a la finca al día siguiente con más combustible. Según se ha sabido llegó a ir hasta en tres ocasiones a la gasolinera a por más gasolina. No conseguía hacer arder la maleta por lo que acabó arrojando los restos en una escombrera.

“Abandoné el lugar en mi vehículo y me dirigí a mi domicilio, donde lavé la ropa y me duché”. Aunque trató de borrar cualquier posible rastro de Pilar, tras 72 horas después de la denuncia que puso el sobrino de la víctima, Marta era detenida por haber matado a la presidenta de su comunidad. Tras la versión exculpatoria de la acusada ésta se negó a responder a las preguntas de las acusaciones particulares y del juez.

La jueza del juzgado de guardia estimó el ingreso en prisión provisional de la presunta agresora y ahora el juzgado número 32 de Plaza de Castilla ha ratificado su permanencia ya que cree que la cantidad de sangre en la escena no es propia de una caída accidental.

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