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Después de que el pasado junio la Audiencia de Barcelona ordenara el arresto e ingreso en prisión de Albert Cavallé por estafar a más de veinte mujeres, la Policía ha logrado detenerlo tras seis meses en paradero desconocido.
Según ha podido saber Caso Abierto, el conocido como 'estafador del amor' ha decidido esta mañana presentarse en el centro penitenciario de Lledoners. Lo ha hecho acompañado y asesorado por su abogado, David Sans, que lo ha defendido estos últimos años en los más de veinte procedimientos que el hasta ahora prófugo ha ido acumulando por estafar a chicas a través de aplicaciones de citas.
Las víctimas de Cavallé llevan años reclamando que el estafador entre en la cárcel y que, al fin, empiece a cumplir alguna de las penas que ya le han sido impuestas (tiene cuatro condenas que ya son firmes), sobre todo después de que éste no se presentara a varios de los juicios que debían celebrarse contra él.
Por el momento Cavallé deberá cumplir una condena de dos años y tres meses de prisión por engañar a seis chicas a las que consiguió estará 68.500 euros en total.
El propio Cavallé reconoció durante el juicio que utilizaba aplicaciones como Tinder y Badoo haciéndose pasar por abogado, inversor, cirujano o hijo de los dueños millonarios de una reconocida clínica de Barcelona para fingir "solvencia económica" y entablar una relación con sus víctimas con el fin de estafarlas. Entre sus engaños, afirmó trabajar y tener las cuentas en Panamá, con lo que consiguió que una de las mujeres le diera 49.000 euros en efectivo en varias entregas.
Firmaba documentos en los que quedaba recogido que debía devolverles el dinero y mostraba justificantes de pagos que eran falsos, como la compra de billetes de un supuesto vuelo privado.
"Para dar mayor credibilidad a su historia", el joven le enseñó un email con información de "un supuesto vuelo privado" que iba a realizar al país centroamericano. Prometió que le devolvería el dinero en cuanto le desbloqueasen las cuentas e incluso firmó un documento reconociendo la deuda con ella.
Tanto la acusación como el ministerio público pedían para él nueve años y diez meses de prisión por un delito continuado de estafa, otro de hurto, apropiación indebida y dos delitos de obstrucción a la justicia. Finalmente, fue condenado a dos años y tres meses, que cumplirá desde hoy como un preso más de la cárcel de Lledoners, donde se enfrentará al resto de juicios que todavía tiene pendientes.
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