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Ayer, 25 de septiembre, se conocía la noticia de que el sacerdote de 34 años que oficiaba misa en Vélez-Málaga, Yunquera y El Burgo era detenido por haber cometido presuntamente, cuatro delitos de agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.
Según los primeros datos de la investigación, fue su pareja la que descubrió en el domicilio que ambos compartían un disco duro con vídeos en el que aparecía el párroco violando a mujeres que estaban visiblemente inconscientes.
Según parece, la joven estaba buscando series y películas para ver en casa cuando descubrió varias carpetas con iniciales (las de las víctimas) y en cuyo interior se encontraban las grabaciones de contenido sexual. En total aparecían cinco mujeres sedadas pero a una de ellas no la agredió sexualmente, solo la filmó. Fueron identificadas con facilidad gracias a que las iniciales de sus nombres aparecían en el disco duro y a que pertenecían al entorno del presunto agresor.
Cuando los agentes se pusieron en contacto con ellas ninguna de las mujeres tenía conocimiento alguno de haber sido violada. Las agresiones se habrían dado entre un grupo de amigos durante viajes que hacían de tipo religioso entre 2017 y 2019. Los investigadores están ahora analizando más material requisado de la casa del sacerdote para comprobar si existen más víctimas.
La Policía no ha comunicado por el momento que sustancias utilizaba el sacerdote para someter a sus víctimas pero dado que ninguna de ellas recuerda absolutamente nada los expertos hablan de la posibilidad de que fuera burundanga. Sin embargo esta no es la única droga que se utiliza para la sumisión química, existen otras que no dejan rastro en la sangre y que hacen que las víctimas no recuerden nada y que el párroco podría haber suministrado antes de, supuestamente, agredirlas.
La sumisión química es un tipo de agresión basada en administrar droga a una víctima para someterla en contra de su voluntad, sobre todo de manera sexual. El riesgo de este tipo de sustancias, además de despojar a la víctima de consciencia, es que no dejan rastro en la sangre en muchos de los casos por lo que se hace complicado para la persona que sufre esta agresión recordar qué ha pasado y poderlo denunciar.
La mayoría de ellas se administran por vía oral, vertiéndolas normalmente en la bebida de la persona aunque también se han dado caso en los que se han administrado mediante un pinchazo con una jeringuilla. Algunas de las sustancias de sumisión más comunes son la burundanga, el GHB, Butirolactoma, la ketamina o las benzodiacepinas.
Es la droga que se sospecha que pudo haber utilizado el párroco. Tiene efectos alucinógenos y provoca sueño y sumisión. Las personas que la han tomado aseguran no recordar prácticamente nada después..
Es conocida como la droga de las violacionesy es inolora, incolora e insípida. Tampoco deja rastro en la sangre. Los efectos que tiene son el aumento de la sociabilidad y de la capacidad de comunicación, aunque también puede dar sueño.
Se diluye en agua o en un refresco porque no se debe mezclar con alcohol. Es un depresor del sistema nervioso central y su consumo está en auge en España.
Son medicamentos hipnóticos y sedantes o anestésicos, por lo que quien las toma queda en total estado de inconsciencia.
La ketamina es un anestésico disociativo desarrollado en 1963 y actualmente utilizado en anestesia humana y medicina veterinaria. Se presenta como un líquido translúcido aunque también puede adquirirse en forma de comprimido, cápsulas, o polvo (para que sea aspirada).
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