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Los hechos tuvieron lugar en el año 2003 cuando dos hombres (tío y sobrino) secuestraron y asesinaron a un joven de 29 años en Francia. Ambos asesinos eran proxenetas en el país y quisieron acabar con la vida del joven cuando éste intentó liberar a una de las chicas a las que prostituían.
Tras los hechos, los sospechosos trasladaron el cadáver de la víctima en un coche hasta una zona boscosa cerca de Grondeville, en Nancy,y allí lo abandonaron.
Luego huyeron a Cataluña y se establecieron bajo identidades falsas de origen croata que han mantenido durante casi 20 años. Pese a ser fugitivos, volvieron a su actividad delictiva vinculada al proxenetismo. Ahora Mossos d’Esquadra han conseguido capturarlo cuando el crimen del joven francés estaba a punto de prescribir.
Antes de esta detención los policías ya los arrestaron en ocasiones anteriores, concretamente en 2004 y 2008, por delitos contra la libertad sexual y contra la seguridad viaria. Sin embargo, puesto que tenían identidades falsas, con la documentación presentaba ante los agentes no constaba ninguna orden de busca y captura.
Años más tarde, tío y sobrino se separaron e incluso tuvieron un enfrentamiento ya que en 2010 se denunciaron mutuamente por amenazas ante los Mossos d'Esquadra por una supuesta deuda que tenían uno con otro. En esta denuncia utilizaron los nombres falsos y la misma documentación que consiguieron tras adoptar sus nuevas identidades. A efectos de la Administración eran otras personas. Uno de ellos, incluso, llegó a conseguir el permiso de conducción legal en España con dicha identidad impostada.
Mientras, el caso del asesinato de 2003 siguió su proceso judicial en Francia y en 2011 un tribunal de ese país condenó, en ausencia, a los dos sospechosos por asesinato. Además, emitió dos órdenes de detención europeas. No fue hasta mucho más tarde cuando los Mossos consiguieron averiguar la identidad real de los dos sospechosos gracias a otra operación.
Los agentes de la Unidad Central de Homicidios realizaban una investigación junto a autoridades rumanas, belgas, francesas y croatas y descubrieron que los acusados no tenían ninguna alerta u orden de detención de ese país.
Además, la policía rumana informó a Mossos de que uno de los sospechosos estaba acusado de un homicidio imprudente en 1995 y los belgas explicaron que el mismo investigado tenía antecedentes por robos agravados en 2001. Con su identidad real, se atendió al requerimiento de las autoridades francesas por el asesinato de 2003.
Fue así cómo los Mossos empezaron a seguirlos. Descubrieron que tomaban muchas medidas de seguridad para no ser descubiertos como taparse el rostro al salir de casa o grabar el entorno.
Finalmente los detuvieron entre los días 1 y 2 de agosto en Segur de Calafell y en El Prat de Llobregat. Los agentes también consiguieron dar con el coche en el que habrían trasladado el cadáver en el año 2003, un vehículo que aun conservaban y que estaba aparcado, tapado con una lona y rodeado de varias trampas colocadas estratégicamente para detectar cualquier intento de manipulación.
Al arrestar al sobrino aseguró que estaba "arrepentido" por el asesinato que cometió cuando tenía 19 años y exclamó: "¡Por fin podré dormir tranquilo!". Los sospechosos, de 51 y 39 años, fueron trasladados a la Audiencia Nacional y extraditados a Francia para cumplir con su condena.
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