El 3 de diciembre de 2013, después de salir del instituto en Santa Ponça, una localidad de Mallorca, Malén cogió el autobús para ir a ver su chico, Dani, que vivía en la localicad de Son Ferrer, también en Mallorca.

Mientras iba en el autocar se distrajo porque iba escuchando música, por lo que se pasó una parada y se bajó en una zona conocida como la rotonda de los piratas, en Magaluf.

Desde allí emprendió el camino en dirección a la casa de su novio con un patinete.En el trayecto, una cámara de seguridad de un vivero en La Porrassa captó su imagen, sola, con su patinete, a las 15:51 horas. La siguiente cámara de seguridad de la zona, situada a unos 500 metros de distancia, ya no grabó a la chica. Algo le pasó a Malén Ortiz, de solo 15 años, en apenas medio kilómetro.

El trayecto desde el que se bajó del autobús hasta la casa de su novio, por el camí Cala Figuera y el carrer Tudó, está salpicado de viviendas, fincas, una gasolinera y una yeguada. 

Operación Vans

Desde que ocurrieron los hechos y fueron denunciados por su madre, los investigadores han interrogado a una decena de sospechosos y registrado varios lugares tanto en esa zona como en otras donde había indicios de que pudiera estar la adolescente.

A la investigación le dieron el nombre de Operación Vans debido a la marca de zapatillas de deporte que llevaba Malén. Por aquel entonces se hicieron numerosas batidas buscándola, pero nunca dieron con ella.

Varios vecinos acusaron a otro residente de la zona en la que se le perdió la pista a la menor que vivía en una casa de campo destartalada. La acusación vino porque algunas personas que vivían en casas contiguas lo habían escuchado molestar y decir obscenidades a chicas jóvenes que pasaban por allí.

Aquella casa, su patio y los terrenos más cercanos fueron registrados a conciencia en busca de pistas sobre Malén Ortiz. A él lo interrogaron durante varias horas, pero no se encontró nada que pudiera incriminarlo.

Buceadores de la Guardia Civil rastrearon, también, los lagos de un campo de golf cercano y los acantilados de la costa. Decenas de agentes, policías locales, bomberos, especialistas en rescates de montaña y voluntarios la buscaron por las zonas boscosas próximas pero nunca se volvió a saber nada de Malén Ortiz.

Su madre, en una entrevista concedida a Caso Abierto, aseguró que su hija era una persona madura y que su desaparición no había sido voluntaria, sino que alguien la había secuestrado. Esta era también la principal hipótesis de los agentes que investigan el caso.

Según ha podido saber Caso Abierto, canal de sucesos e investigación del grupo Prensa Ibérica, Ahora, casi diez años más tarde, una nueva pista sobre lo que pudo haberle ocurrido ha permitido a la Guardia Civil y al juzgado reabrir el caso, que se encontraba temporalmente archivado, y retomar la búsqueda de la chica.

Los investigadores, con ayuda de especialistas en localización de personas, y siguiendo esa nueva pista, van a reabrir una finca próxima al lugar donde se le perdió la pista a la menor en busca de nuevos indicios que puedan arrojar algo de luz a lo que le pasó a Malén. La pista ha venido gracias a una confidencia que podría situarla allí el día que desapareció.