Décimo aniversario

Japón sigue analizando el impacto sanitario de Fukushima

  • Un informe de la ONU descarta la existencia de pruebas concluyentes de un vínculo entre el accidente atómico y una mayor incidencia de enfermedades.

Imagen aérea de la central de Daiichi tres días después del accidente.

Imagen aérea de la central de Daiichi tres días después del accidente. / Efe

El Gobierno de Japón indicó este miércoles que sigue investigando el impacto de la radiactividad sobre la salud pública en Fukushima a raíz de la crisis nuclear de 2011, tras el informe publicado en la víspera por la ONU que coincide con la versión oficial pero del que discrepan organizaciones independientes.

El Ejecutivo reaccionó así al reporte del Comité Científico de Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear), cuyas conclusiones descartan la existencia de pruebas concluyentes de un vínculo entre el accidente atómico y una mayor incidencia de enfermedades en Fukushima.Las autoridades japonesas, que hasta ahora tampoco encontraron ninguna conexión entre el accidente nuclear y la incidencia del cáncer o la leucemia en la región, mostraron su intención de seguir investigando a medio y largo plazo, para tratar de esclarecer un tema que aún genera controversia e inquietud una década después.

El Ejecutivo nipón aspira a "poder responder a la preocupación de la gente" sobre el tema, según respondió este miércoles en rueda de prensa su portavoz Katsunobu Kato, al ser preguntado por el informe presentado en Viena en la víspera por la Unscear.

El portavoz recalcó que "garantizar la salud de los residentes es una de las prioridades de la reconstrucción y recuperación" de la prefectura afectada por el terremoto y el tsunami de 2011 y del consiguiente desastre nuclear, considerado el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.

Los expertos de la ONU consideran que no se ha documentado "ningún efecto adverso de salud entre los residentes de Fukushima que sea directamente atribuible a la exposición a la radiación" emanada de la accidentada central de Daiichi, al igual que otros estudios encargados por las autoridades niponas y publicados de forma anual.

El amplio informe de la Unscear, de unas 250 páginas, sí se hace eco de una subida de los casos de cáncer de tiroides entre niños y jóvenes, aunque la atribuye al uso masivo de modernos métodos de diagnóstico para detectar problemas en esa glándula.

Los estudios conducidos por la Universidad Médica de Fukushima tampoco han podido establecer una correlación entre la radiactividad y ese tipo de cáncer, aunque apuntaban a que era necesario un seguimiento a largo plazo (de hasta 20 o 30 años) para extraer conclusiones más fiables.

La Unscear también destacó el impacto psicológico y social y los problemas de salud que han deparado la evacuación a largo plazo de las zonas más contaminadas de radiación, un asunto que ya llevó a expertos en derechos humanos de la ONU a llamar la atención a las autoridades niponas el pasado junio.

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