'La hora de la Naturaleza' es el lema elegido este año por Naciones Unidas para el Día Mundial del Medio Ambiente 2020. Además, la Comisión Europa acaba de publicar el pasado 20 de mayo la Estrategia Europea de la Biodiversidad, con el lema “Devolver la naturaleza a nuestras vidas”, donde apunta que la naturaleza está en crisis y es necesario cambiar el modelo empresarial y de consumo en la sociedad del primer mundo. 

Y uno de los principales asuntos que preocupa a los expertos es el calentamiento global. Además de la sobreexplotación de recursos y organismos en la tierra y en el mar y la contaminación, las altas temperaturas son un problema que ya causa estragos.

Y los científicos se basan en datos como la temperatura media de los últimos años, que va aumentando progresivamente. De hecho, según los datos actuales, 2020 podría convertirse en uno de los años más cálidos desde que se tienen registros.

Los primeros meses del año han batido récords de temperaturas máxima. Tanto es así que el primer mes de 2020 ha sido el mes de enero más caluroso de la historia. Por su parte, los meses de febrero y marzo de este año se encuentran entre los tres primeros con temperaturas más altas y todo apunta a que el resto del año va a seguir la misma tendencia. 

De hecho,  según los pronósticos de la Organización Meteorológica Mundial, en los próximos cinco años se producirán nuevos récords de temperaturas de promedio. 

Otro dato que apunta la gravedad de esta situación tiene que ver con los niveles de dióxido de carbono, que se encuentran en el pico más alto de la historia de la tierra, prácticamente. Estos niveles son causa directa del llamado efecto invernadero.

La concentración de CO2 es aproximadamente un 26% mayor al valor de 1970 y la temperatura ha subido 0,86 °C desde entonces. 

Medidas

El marco de actuación en materia de clima y energía hasta el año 2030 de la Unión Europea contempla una serie de metas y objetivos políticos para toda la zona durante el periodo 2021-2030.

Entre los objetivos está la reducción de, al menos, un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero (con respecto a 1990). Asimismo, los países de la UE deberán poseer un 32% de cuota de energías renovables y un 32,5% de mejora de la eficiencia energética.

Para llevar a cabo estas cifras, el plan contempla actuaciones en varios sectores. Evidentemente, es el energético en el que recae la mayor responsabilidad. Que las energías renovables sean al menos el 30% de toda la electricidad, cesar la minería de carbón y abaratar los precios de la energía obtenida por fuentes renovables.

Aumentar el parque automovilístico eléctrico y reducir las emisiones de los aviones son también objetivos relacionados con el transporte

La agricultura es otro sector que deberá modificar su producción. Parar la deforestación y llevar a cabo prácticas agrícolas quesean beneficiosas para el CO2 son sólo algunas de las medidas.

Asimismo, los gobiernos y el mundo de las finanzas tendrán que aumentar la inversión en acciones que conlleven una mejorar climática, así como eliminar los beneficios al sector de los combustibles fósiles.