La valentía se apodera de San Francisco

El Huerto

La hermandad comienza su estación de penitencia casi una hora más tarde de lo previsto y la lluvia la obliga a resguardarse

El Señor Amarrado a la Columna, por la calle San Fernando.
El Señor Amarrado a la Columna, por la calle San Fernando.
Noelia Santos

21 de marzo 2016 - 01:00

APLAUSOS y más aplausos. Este era el sonido que retumbaba ayer en el Compás de San Francisco a la espera de que la hermandad del Huerto anunciara si hacía estación de penitencia. Era la última del día y las ganas acumuladas se hacían presentes en niños y mayores que comenzaron a llenar la plaza de la iglesia y toda la calle San Fernando. Se intuía la valentía de la hermandad del Huerto que ya avisaba que esperaría la media hora de cortesía pero que también aseguraba que saldría a la calle.

La Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Elevación (Campo de Criptana, Ciudad Real) comenzó a formarse frente a San Francisco casi una hora antes de la salida de la cofradía. El cielo abierto presagiaba que la tarde del Domingo de Ramos finalizaría con una alegría tras los chascos del resto de hermandades que tuvieron que quedarse en sus templos debido a las inclemencias meteorológicas. La alegría se quedó a medias porque finalmente el Huerto tuvo que volver a su iglesia debido a que, por tercera vez en el día, la lluvia les pilló con la procesión en la calle.

A pesar de no poder realizar su estación de penitencia al completo, la junta directiva de la hermandad del Huerto le puso valentía cofrade al primer día de la Pasión. Aunque con el paso de los minutos el cielo se tornaba cada vez más oscuro, rozaba el reloj las 20:00 cuando un nazareno de blanco y verde se presentó frente a la iglesia para dar aviso de que abrieran las puertas. El Huerto había decidido sacar sus tres pasos a la calle.

De nuevo los aplausos sonaron todos a una mostrando la alegría de los cofrades deseosos de escuchar marchas y oler el incienso con las ganas de que alguien salvara el Domingo de Ramos. Los costaleros colocaron la rampa frente al portón de San Francisco y el cortejo dio comienzo.

Con precisión milimétrica, los costaleros sacaron a Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto con el miedo de algún que otro asistente cuando parecía que el ala del Ángel iba a dar con el arco de salida. "Sin miedo que el Señor está arriba", clamaba el capataz del misterio, Federico Jiménez Reloba, quien parecía haber notado el nervio contenido de la plaza. Una vez más, aplausos. Aplausos para la última hermandad del día que ya había puesto su primer paso camino de Carrera Oficial. Las pequeñas gotas que caían al principio del paseo ya habían desaparecido y parecía que nada haría deslucir una procesión llamada a ser la salvadora del inicio de la Semana Santa.

Tras la salida del primer titular, hicieron lo mismo el Señor Amarrado a la Columna y María Santísima de la Candelaria al compás de los sones de la asociación músico-cultural Juan Mohedo (Montoro) y de Amueci (Écija). Una calle de la Feria abarrotada ya esperaba el discurrir de los pasos que marchaban a buen ritmo cuando la lluvia volvió a hacer aparición. Al igual que la Entrada Triunfal, los tres pasos del Huerto tuvieron que resguardarse en el patio del instituto Góngora a la espera de que escampara un poco mientras los nazarenos regresaban a San Francisco bajo la lluvia. A las 22:00 marcharon otra vez por Claudio Marcelo, en esta ocasión en dirección contraria, con un mal sabor de boca pero con la sensación de valentía a cada paso que daban. El Compás de San Francisco ya los esperaba, eso sí, no tan pronto.

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