el reportaje

A los sones que marcan las cornetas

  • Las bandas ponen el sonido a los cortejos procesionales de la Pasión

La Virgen de la Esperanza procesiona bajo los sones de su banda / N. S. G.

El imaginario cordobés de la Semana Santa está repleto de imágenes que llevan a un día concreto de la Pasión. Los legionarios transportan al Jueves Santo en San Francisco, las esclavinas azules y blancas, al Prendimiento en su Martes Santo y las palmas en los balcones, al inicio del Domingo de Ramos. Pero no todo entra por los ojos. También hay algunos cofrades que con poner un poco de oído son capaces de distinguir el solo de corneta de una banda determinada o quien admira el rufar -sinónimo cofrade de redoblar- de algún músico tocando el tambor.

Las agrupaciones musicales y las bandas de cornetas y tambores ponen sonido a los pasos de los titulares de las hermandades cordobesas. Marcan la diferencia entre estas cofradías y las que son de silencio y en muchas ocasiones hacen una labor social en la ciudad. En Córdoba capital hay casi una decena de bandas de este tipo que salen cada Semana Santa y otras tantas son grupos jóvenes derivados de las mismas que también buscan su camino.

Casi una decena de bandas de Córdoba capital participan en la Semana Santa

Caído Fuensanta, Coronación de Espinas, María Santísima de la Esperanza, Nuestra Señora de la Salud, Cristo del Amor, Redención, Nuestra Señora de la Estrella, Santísimo Cristo de Gracia o la Sagrada Cena son las agrupaciones musicales de Córdoba capital que procesionan tras pasos también cordobeses. Eso sí, también son muchas las cofradías que tiran de grupos de otros puntos de la provincia o de Andalucía, como la hermandad de la Paz, cuyos titulares cuentan con agrupaciones de Jaén y Cantillana (Sevilla), el Perdón, que contrata a la banda Tubamirium, de Cañete de las Torres, o el Calvario, con la agrupación musical ecijana Amueci tras la Señora del Mayor Dolor.

Seña de las bandas son las marchas procesionales. Las composiciones en honor a las distintas tallas se suceden todos los años, con estrenos que se anuncian por todo lo alto. Pero también triunfan las marchas de siempre: Mi Amargura, La saeta, Costalero, Amanecer con Triana o Ahí queó.

Más de un centenar de miembros conforman cada una de estas agrupaciones que, aunque muchos pudieran pensarlo, no sacan dinero por tocar estos días. Todo lo ganado con sus toques en los cortejos procesionales se invierte de nuevo en la banda y, a título individual, al menos en Córdoba, no se gana dinero. Así lo cuenta el director de la Asociación Músico Cultural de la Coronación de Espinas, Juan Zapatero, una banda que acompaña al Cristo de la cofradía de la Merced, pero que también viaja por Andalucía durante esta semana. Zapatero relata que este grupo musical nació en el verano de 1996 y desde ahí en adelante han acompañado a un gran número de titulares; además de Coronación de Espinas, llevan más de 20 años acompañando a la Virgen de Fátima, una hermandad de Gloria. Eso sí, el Lunes Santo es un día especial, "el día grande" en palabras de Zapatero, aunque "también tenemos mucho aprecio" al resto de imágenes a las que ponen música.

Esta banda tiene además una escuela musical donde enseñan a aquellos que no tienen mucha noción pero que quieren tomar parte de la Semana Santa de esta manera. Todos los años, cuando acaba la semana grande cofrade, el grupo abre el plazo para apuntarse. De esta forma, las bandas se hacen cada año más grandes, haciendo a su vez crecer el patrimonio cofrade cordobés con los sones de sus instrumentos.

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