Semana Santa

La saeta de El Esparraguero

  • El Cristo de Gracia realiza por primera vez estación de penitencia por el Patio de los Naranjos en una jornada para el recuerdo

DICE una voz popular: ¿Quién me presta una escalera para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús El Esparraguero? El Cristo de Gracia empieza abrirse paso entre los cientos de devotos que se han dado cita a las puertas de su templo expectantes ante la figura de este Cristo de Trinitarios que, procedente de México y con cuerpo de cañaleja, llegó a Córdoba en 1618. Avanza con su banda, la Agrupación Musical Cristo de Gracia, interpretando magistralmente la inmortal saeta que compusiera Antonio Machado y a la que le puso letra Joan Manuel Serrat, una melodía que hace que una vez más esa voz popular se haga carne en El Alpargate, consiguiendo que los presentes compartan ese sentimiento que van mostrando sobre el paso la Virgen de los Dolores y Misericordia, San Juan y la Magdalena -imágenes que nacieron en su versión talla en un taller valenciano en el siglo XIX-. Ay, quien tuviera una escalera para rescatar de su cruz a El Esparraguero. Oh, la saeta, el cantar al Cristo crucificado de El Alpargate, siempre con sangre en las manos, siempre por desenclavar. Dos vecinos del barrio -un hombre y una mujer- despiden al Cristo de Gracia con sus propias saetas, poniendo en ello el corazón y levantado los de los presentes en la plaza, mientras que en la comitiva destaca el luto riguroso de los cubrerrostros y de las capas de los nazarenos de la hermandad y las cruces trinitarias de sus túnicas blancas.

Cantar del pueblo trinitario cordobés que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a su cruz. Y el pueblo trinitario está hoy más que contento que nunca hasta cantar al Cielo que El Esparraguero va a hacer estación de penitencia, como el resto de los pasos del Jueves Santo, por la Santa Iglesia Catedral. Y están dispuestos a cantarlo bien alto porque para el recuerdo quedará esa primera vez de un desfile por el Patio de los Naranjos delante del Santísimo ubicado en la Cruz Guiona, escoltada por los patronos de la ciudad, San Acisclo y Santa Victoria.

Cantar de la tierra trinitaria unida que cada Jueves Santo echa flores a su Jesús de la agonía y es la fe de sus mayores. Mucha fe entre unos hermanos de todas las edades y con mucha juventud entre sus filas, una fe que viene de muy lejos y que han compartido muchas generaciones. Los ancestros de la hermandad datan de 1736, aunque su fundación moderna se produjo en 1905. Mucha niñería también acompañando el desfile. ¡Oh, sí eres tú mi cantar, sí puedo cantar y quiero a este Jesús del madero, a este Esparraguero crucificado trinitario; a este que vino cruzando el mar! Y el Cristo de Gracia engrandece su historia al atravesar de forma milimétrica la Puerta del Perdón -por la que al paso del misterio no cabe ni un pétalo de flor- gracias a una maniobra de arte de sus costaleros dirigidos por un magistral capataz.

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