Cuaresma

El primer viernes de marzo: Rezos y besos al Señor de Córdoba

Una devota, ante la imagen del Señor Rescatado.

Una devota, ante la imagen del Señor Rescatado. / Miguel Ángel Salas

No es un día cualquiera en el mundo cofrade. El primer viernes de marzo, el tercero de Cuaresma, es de rezos y oraciones. De miradas y de mucha devoción. La Plaza del Alpargate es un ir y venir de personas que van hacia la iglesia de los Padres de Gracia, donde Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado recibe el calor del pueblo de Córdoba.

Entronizado en su peana de carrete, la imagen realizada por Fernando Díaz de Pacheco preside la iglesia de los Padres de Gracia. Ante la mirada de María Santísima de la Amargura, que estaba justo detrás del Señor de Córdoba, numerosos devotos y fieles han acudido a un solemne besapiés que la hermandad del Rescatado recuperaba cinco años después de la última vez. 

Emergió el covid-19 en 2020 y a partir de ahí, este tradicional acto se transformó en una veneración ante el Nazareno Rescatado. Cinco años después, el transitar de personas hacia la iglesia de los Padres de Gracia fue una constante. En la puerta, varias hermanas de la cofradía con el merchandising de una imagen con solera y con mucha devoción en una ciudad que le reza de forma especial cada primer viernes de marzo.

Con la entrada por un lateral de la parroquia y la salida por la otra, la hermandad del Rescatado estuvo acompañando a su titular en una jornada de visitas, donde el pueblo de Córdoba reza a su Señor. Estuvieron presentes desde los más pequeños, con los alumnos del Colegio Trinitarios, hasta los más mayores, con los de la residencia de San Andrés. Incluso también acudió la Asociación San Rafael de Alzheimer y una representación del regimiento de infantería La Reina Número 2, encabezada por el coronel jefe, Manuel Navarro.

Una mujer sujeta a su hijo ante el Señor del Rescatado. Una mujer sujeta a su hijo ante el Señor del Rescatado.

Una mujer sujeta a su hijo ante el Señor del Rescatado. / Miguel Ángel Salas

El Señor de Córdoba recibió los besos en sus pies y los rezos de muchos devotos que acudieron a la iglesia de los Padres de Gracia, donde se respira también la cercanía del próximo Domingo de Ramos. La talla de Fernando Díaz de Pacheco es de las más devocionales de la ciudad y este primer viernes de marzo se ha vuelto a demostrar. 

Imponente sobre su peana de carrete, el viernes ha puesto su punto y final con la celebración de la función principal de instituto de una hermandad del Rescatado que mira con ilusión a un nuevo Domingo de Ramos, en el que el Señor de Córdoba procesionará por las calles de una ciudad que no ha dudado en acudir en esta ocasión a rezar a sus pies.

Muy cerca de la iglesia de los Padres de Gracia, los devotos y fieles caminan por María Auxiliadora hacia las puertas del Santuario salesiano. Ahí Nuestro Padre Jesús, Divino Salvador, en su Prendimiento aguardaba en su solemne besamanos. El titular de la cofradía del Martes Santo también ha contado con la visita de los más pequeños del Colegio Salesianos.

Un devoto, ante el Señor del Prendimiento. Un devoto, ante el Señor del Prendimiento.

Un devoto, ante el Señor del Prendimiento. / Juan Ayala

Con María Auxiliadora en su camarín, el Señor del Prendimiento también ha recibido el cariño de numerosos devotos que aguardan también a un nuevo Martes Santo, en el que la hermandad salesiana saldrá de nuevo en procesión por las calles de Córdoba con sus titulares desde el Colegio San Francisco de Sales y con el deseo de que pronto puedan empezar las obras en su nueva casa hermandad.

A escasos metros del Santuario de María Auxiliadora, el olor a incienso te llevaba hacia San Lorenzo, donde el Cristo del Remedio de Ánimas estaba expuesto en solemne besapiés. La hermandad del Lunes Santo ha colocado en un altar efímero a su imponente Crucificado. Bajo una cuidada estampa y el miserere de fondo, la luz del radiante sol de este viernes entraba en el templo fernandino e iluminaba la cara de la Virgen de las Tristezas.

San Lorenzo abre la Semana Santa cordobesa en apenas 23 días, con la salida de la hermandad de la Entrada Triunfal, pero este viernes ya fue un ir y venir de fieles que no quisieron perder la ocasión de rezar unos minutos ante el Cristo de Ánimas, que brilló con luz propia y con un sello característico que también enamora al pueblo de Córdoba.

El Cristo de Ánimas, en su solemne besapiés. El Cristo de Ánimas, en su solemne besapiés.

El Cristo de Ánimas, en su solemne besapiés. / Miguel Ángel Salas

Por otro lado, la prohermandad de la Salud también expuso a su titular, a Nuestro Padre Jesús de la Salud en su Divina Misericordia. Lo ha hecho en la parroquia del Carmen de Puerta Nueva, donde en su puerta estaba la talla realizada por Manuel Luque Bonillo. Los fieles y devotos también se acercaron a rezar ante una imagen que aguarda ya al Jueves de Pasión, día en el que hará su estación de penitencia en la Basílica de San Pedro su nuevo paso procesional.

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