Semana Santa

Lucena culmina su Pasión con el dolor final de la Virgen de la Soledad

  • El municipio da paso a la Gloria de Resurreción con el transitar amargo y majestuoso de la Soledad

La Virgen de la Soledad, durante su recorrido por las calles de Lucena.

La Virgen de la Soledad, durante su recorrido por las calles de Lucena. / M. González

Entre nubes de incienso y una solemnidad que retrotrae su origen a 1564, la Virgen de la Soledad finalizó los pasajes pasionistas de Lucena antes de la Gloria de la Resurrección, inmediatamente aracelitana.

La puerta del templo de Santiago Apóstol, fuente matriz y cardinal del Jueves Santo, recubrió el trono de plata de ley, y de estilo neobarroco, realizado por los Talleres Villarreal de Sevilla, y estrenado en 2018.

Precedida por unos 200 hermanos de vela, en tramos consecutivos que definen e ilustran rigor y antigüedad, y en torno a 40 mantillas, la imagen mariana presentada por Luis Álvarez Duarte se cobijaba bajo unas bambalinas, restauradas y conservadas, por el bordador ecijano Jesús Rosado Borja. El manto negro también ha sido sometido a una intervención de recuperación y enriquecimiento.

Las saetas de Aroa Cala, Jehová Sierra y La Yiya encumbraron una noche, con proyección a la madrugada y traspasada al Domingo de Resurrección. Una incalculable multitud –con visitantes de varios puntos de la comarca-, apostada en varias filas por cada punto de las calles del itinerario, aguardó el transitar amargo, inconsolable y majestuoso de la Virgen de la Soledad.

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