Corpus Christi en Cañero, donde la Fe se pasea de puerta en puerta
Cofradías
La Custodia y la Virgen Niña recorren las calles del barrio acompañados de cientos de fieles
La procesión del Corpus Christi en Cañero, en imágenes
El barrio de Cañero ha vivido este sábado uno de los momentos más esperados, con la procesión del Corpus Christi organizada por la hermandad de la Presentación al Pueblo. Con todo el barrio decorado, los cientos de fieles han esperado con ansias el inicio de la procesión desde la parroquia de San Vicente Ferrer, mismo lugar al que las imágenes de la Custodia y la Virgen Niña han regresado tras tres horas de un cortejo que se ha retrasado por la ola de calor que afecta estos días a Córdoba.
En una jornada tan especial, todas las calles de la barriada de Cañero se visten de gala: banderines en lo más alto, guirnaldas por la plaza y, lo más importante, los magníficos altares que preparan con cariño las vecinas del barrio, en torno a la quincena, como el pasado año. En los días previos, la propia hermandad ya se encargó de animar a su realizar unos montajes muy sencillos, pues apenas se requiere la Biblia, pan, uvas, candelabros y un profundo sentido espiritual y comunitario.
Pero la procesión no es lo único que se vive. Una hora antes se ha celebrado una Santa Misa para preparar a todos los presentes para todo lo que se iba a vivir poco después, donde se han unido las oraciones individuales con el deseo común de bendición.
El corazón de la procesión es la Custodia del Santísimo, acompañada para la ocasión con la música de la Banda de la Redención de Córdoba, que ha aportado solemnidad y armonía al paso sacramental. Pero no solo ha recorrido las calles del barrio la Custodia, ya que junto a ella ha estado la Virgen Niña, portada por costaleros jóvenes entre 12 y 17 años, que añaden un toque tierno y emotivo al cortejo.
"En el barrio no había mucho dinero, por eso para la Custodia todos los vecinos y vecinas donaron sus joyas para hacerla. Es por eso el Corpus no es solo de la hermandad, es de todo el barrio", ha destacado Curro Núñez, uno de los hermanos de la Presentación al Pueblo y miembro de la Junta de Gobierno.
Una tradición que se hereda
Aparte del Corpus Christi, el protagonista en esta jornada también es el grupo joven, como personas muy importantes en esta celebración, ya que, además de montar el altar de la hermandad, muchos de ellos sacan a la Virgen. "Muchos de los chavales que portan a la Virgen Niña se estrenan como costaleros, aprendiendo desde dentro la responsabilidad de sacar un paso", cuenta Pablo Amaro, diputado mayor de Gobierno.
Muchos de estos niños deben mucho a esos mayores que hoy miran desde fuera la procesión, los que participaron en las primeras del Corpus en Cañero hace décadas. Son los que miran desde las sillas, con orgullo y emoción, viendo cómo aquello que comenzó como algo humilde, se ha convertido en un gran acontecimiento.
Los altares, el alma de la procesión
Una de las cosas más importantes que tiene que tener una procesión del Corpus Christi son los altares. Son el corazón que muestra la gran devoción vecinal. Muchos de ellos varían en estilo y materiales, pero todos ellos comparten la intención espiritual.
"Para mí, el altar significa dar todo lo que tengo al Señor. Cada año lo pongo con todo mi cariño a Él", comenta Antonia, vecina del barrio que cada año, desde hace décadas, coloca su altar en la calle Párroco Bartolomé Blanco.
María Amaro, vicehermana mayor de la Presentación al Pueblo, explica que el altar significa "reflejar que Cristo está en cada persona que ayuda, en cada vecina que monta su altar, en esas casas humildes que abren su alma en una esquina del barrio. No está solo en las paredes de la Iglesia, está en todo Cañero”.
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